«Para nosotros hay belleza en las cosas sin forma, que a veces retan un pelín al oído»
Admiran a Wilco y a Dylan, pero cuando se ponen a facturar canciones juegan entre el pop, el punk, el noise… y acuden a Íñigo Bregel, de Los Estanques, para que ponga orden en la producción. Así es el debut de Terror Milk.
Texto: EFE EME.
Foto: JESÚS GARCÍA.
A ratos parece que han bebido de la luminosidad de los Beatles y a ratos que les gusta la suciedad del punk, que son hijos de la irreverencia de la Movida y de la oscuridad del noise pop, una oscuridad que se deja entrever en su nombre artístico, Terror Milk. Y es que hay muchas músicas en el cóctel discográfico de estos dos jóvenes, Luigi Gómez y Santi Zed, que acaban de debutar con ¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir?, título extraído de la novela homónima de Guillermo Sicilia. De la producción de su primer disco se ha encargado Íñigo Bregel, de Los Estanques, que les ha ayudado a combinar un sonido que enmaraña melodías soleadas con guitarras sucias y algo de ruido. Esta es su historia.
¿De dónde venís?
Somos Santi y Luigi, un par de chavales de Madrid que nos hemos mudado a Madrid con una maleta cargada de sueños y la experiencia que nos han dejado bandas púberes como The Living Days, tocar para María Laín o Natalí Castillo y dirigir jams a lo largo y ancho de la ciudad.
¿Cómo nace el proyecto?
Luigi: De una bonita casualidad. Ninguno de los dos hemos sido mucho de micros abiertos, pero el destino, el sino, la serendipia (o algo mucho mejor que todo lo anterior junto) hizo que aquella noche coincidiésemos en uno y viésemos el set del otro. Flechazo. Ahora tocaba decirle al guitarrista buenísimo que ya estaba en la banda que me había enamorado… Ya sabes: aquello del «no eres tú… es otro».
Santi: Sí, así fue, como pedir la carta a los reyes, ya no he vuelto a un micro abierto porque encontré lo que buscaba a la primera. Soy un tipo con suerte.
Describid vuestro sonido.
Santi: Es algo que hemos trabajado en profundidad durante la grabación del disco y que ahora estamos volcando en los escenarios con todo nuestro cariño. Yo creo que la palabra clave es melodía: intentamos que las guitarras, los teclados y las baterías canten, armonizamos todo a tres voces… Y luego nos peleamos un montón por trabajar las texturas: teclados y sintes que abran la gama de colores…
Luigi: No nos creímos eso que decían de «¡No hagas ruido, niño!», así que usamos el noise como un instrumento más. Para nosotros hay belleza en las cosas sin forma, que a veces retan un pelín al oído.
Principales influencias.
Luigi: WILCO (así, en mayúsculas) debería abrir este parrafito. Les amamos. Nos han dado momentos muy felices y alguna que otra idea que roza peligrosamente el robo a mano armada. Pero no son los únicos: Dirty Projectors, Big Thief, Parcels, The Lemon Twigs también estarían ahí en lo alto. Y aunque ahora no les escuchemos tanto como antes: The Kinks, The Beatles y toda esa tropa siempre tendrán un huequito especial en nuestro corazón.
Santi: Total, suscribo cada una de esas referencias. Yo, además, soy muy de Dylan, pero creo que lo bonito de todo esto es que descubrimos mucha música nueva constantemente que de una forma u otra también nos influye. Aprendemos de ella.
¿Cómo definiríais vuestro nuevo disco?
Santi: Creo que tu pregunta tiene la misma respuesta que la de ¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir? ¿Sabes a lo que me refiero?
Luigi: Un acto de cariño a nosotros mismos… Nos hemos consentido, nos hemos permitido pasarlo bien y hacer lo que nos ha dado la gana y me gusta pensar que eso se nota en el disco. Son trece canciones que hablan de temas bastante heavies como la muerte, la pérdida, los viajes de todo tipo, los cuchillos. Pero de buen rollo, sin dramatizar. Creo que hay mucho humor ahí dentro.
Vuestro disco suena, u os gustaría que sonara, como los de…
Luigi: Estamos muy contentos con cómo suena nuestro primer disco, no te vamos a engañar… De eso tiene, pero que mucha culpa, Iñigo Bregel, nuestro productor extraordinaire. No creemos que jamás le falte trabajo, pero si tienes una banda, deja de hacer el ridículo y vete a que te la produzca este campurrianuco. Dicho esto, acabamos de terminar un disco y ya nos cuesta tener el culo quieto, tenemos clarísimo que esto nos va a pasar factura [risas]. Últimamente le estamos echando el ojo a sonoridades más electrónicas, sin dejar de lado lo tocao, pero le hacemos ojitos a cositas como el disco entre Rocío Márquez y Bronquio, por ejemplo… lo mejor de dos mundos. ¿Alguien tiene el teléfono del Santiago?
Cinco discos de cabecera.
A ghost is born, de Wilco; Masterpiece, de Big Thief; Abbey Road, de The Beatles; Burbuja cómoda y elefante inesperado, de Los Estanques y Anni B Sweet, y Bitte orca, de Dirty Projectors.
Cinco canciones perfectas.
“Simulacro”, de Rafael Berrio; “Plantas de interior”, de Jero Romero; “The defence”, de Black Midi; “Los días raros”, de Vetusta Morla, y “Waltz #2 (XO)”, de Elliott Smith.
¿Preferís estudio o directo?
Luigi: Qué papelón. En el estudio me vuelvo gili****** en el mismo instante en que se enciende esa lucecita roja, aparecen nervios, inseguridades, de todo… pero perderse en el espacio-tiempo y ponerse a pintar pistas sobre pistas, encontrar sonidos nuevos, es un placer difícil de describir. En el directo se liga más, todo sea dicho.
Santi: Yo la verdad es que siempre he sido muy de directo, pero reconozco que grabando este disco me he enamorado del estudio. En cualquier caso, creo que, aunque pueden coexistir independientemente, el uno le da sentido al otro.
¿A quién os gustaría telonear?
Luigi: A nuestra amada Anni B Sweet.
Santi: ¡Sin lugar a dudas!
¿En qué disco de homenaje os gustaría participar?
Luigi: Wow… Hace poco, en una noche de esas que se hacen de día, se me ocurrió que sería increíble volver a editar el 1971 de Berrio y grabarle vientos y cuerdas de verdad sustituyendo todas las pistas MIDI. ¡Ojo! Que amamos ese disco como está, pero igual sería guay dedicarle un cariño a alguien que se lo merece todo porque nos lo ha dejado todo en sus canciones. Ya sabes: «Temo haber vivido mi vida como si esta fuera un simulacro»… así que esperemos que no se nos pase la vez.
¿Qué canción del disco es la que mejor os representa y por qué?
Luigi: Siempre hemos dicho que “Bang! Bang! Pum!”, el primer single del disco. Tiene un poco de todo: nuestra inquietud experimental, nuestros ruidicos, creemos que suena contemporánea aunque tiene un regustillo familiar. Por supuesto están nuestras armonías a tres voces, marca de la casa, y además nos acompaña desde hace mucho tiempo… Podríamos seguir, pero tampoco es plan de aburrir al personal.
¿Cómo sois encima de un escenario?
Luigi: Pues lo primero que llama la atención es que somos ciento y la madre: seis para ser más exactos, todo un gusto para cerrar ensayos. Procuramos enlazar todo el directo, agarrarte bien al inicio y no soltarte hasta el final, y para eso utilizamos un montón de cacharritos diferentes para hacer ruiditos variados. Eso siempre queda muy pintón en directo. Un rollito Einstürzende Neubauten pero low cost. ¿Que cómo se usa un espumador de café en una canción? Vente a vernos o muere con la duda.
¿Qué planes tenéis este año?
Santi: Acabamos de sacar nuestro primer disco, ¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir?, y lo vamos a presentarlo en directo el 14 de diciembre en la sala Berlín (¡las entradas ya están a la venta!). Cuando terminemos de digerir el roscón y el turrón, saldremos a defenderlo allá donde nos dejen dar la turra con nuestra música.
Tenéis cincuenta palabras para vender vuestro primer disco. ¡Adelante!
Santi: Nos gustaría pedirte algo que sabemos que es de lo más valioso que tienes: tu tiempo. No te vas a arrepentir, te lo vas a pasar como un niño escuchando las letras, los coros, los ruiditos, el universo que hemos hecho para nosotros y al que te invitamos, también es para ti. ¡Nos vemos ahí dentro!
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