De estreno: Sarria

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«Me hace mucho bien tener algo propio en lo que volcarme, este proyecto ocupa mi vida»

 

Tras una atractiva carta de presentación con su álbum de debut y homónimo, publicado en 2021, el que fuera guitarrista de Los Labios continúa engrosando su carrera en solitario con un nuevo epé. Hoy, en “De estreno”, conocemos más a fondo a Sarria.

 

Texto: SARA MORALES.
Foto: SARAY RAMOS.

 

Nacho Sarria, conocido como guitarrista de Los Labios, ahora se hace llamar por su apellido. Este dio nombre, además, a su primer álbum de estudio en la nueva etapa solista que inició un poco antes de que el mundo se transformara con la pandemia. Un sorprendente y adictivo estreno, autoeditado y publicado el año pasado, que ahora cuenta también con su propia secuela. Así, regresa el malagueño con un mini epé llamado Canto breve, acompañado de una banda diferente a la de su disco de debut, pero armado como siempre del entusiasmo innato que lo envuelve para reafirmar sus intenciones creativas y su destreza compositiva y sonora.
Dos canciones que se suman a una experiencia reveladora, y en las que ya se vislumbra evolución propia y personalidad, hacia un marcado carácter por el rock and roll de tintes multicolor.

Sarria tiene claro lo que busca y, como el bagaje musical que arrastra es amplio y variado al haber formado parte de bandas –además de Los Labios– que le daban a la psicodelia e incluso al glam, nada le queda grande en su camino en solitario. Unos primeros pasos certeros y bien marcados, que no han hecho más que echar a andar por el buen camino.

 

¿De dónde vienes?
Vengo del Rincón de la Victoria, un lugar precioso al este de Málaga. Musicalmente vengo de Los Labios, una banda sevillana a la que estaré eternamente agradecido.

 

¿Cómo nace el proyecto?
Por pura necesidad. Hacer canciones me obsesiona desde niño y he aprendido a buscarme buscándolas a ellas. Necesitaba tener un lugar en el que ser fiel a mí mismo y no depender de la cabeza de nadie para expresarme. Me hace mucho bien tener algo propio en lo que volcarme, este proyecto ocupa mi vida.

 

Describe tu sonido.
Intento respetar las tradiciones en un contexto moderno. Mi música suena orgánica porque se hace orgánicamente, con instrumentos reales tocados por músicos reales en un estudio real de grabación. Para mí eso es fundamental. Me gusta buscar la sencillez en los elementos que uso, y la sensación de espacio es fundamental para que todo respire, sin agobios. Como fan de las atmósferas psicodélicas me gusta crearlas cuando el lienzo lo permite. Por último, aclarar que mi sonido no es sólo mío, también es el de todos los que me arropan cada vez que subo al escenario o entro al estudio.

 

Principales influencias.
Hay tantas que no sé cómo resumirlas. Me he criado escuchando rock de los años 60 y 70. Pink Floyd, Led Zeppelin, Cream, Humble Pie… toda esa onda sigue poniéndome los pelos de punta. Pero me emocionan otras cosas, desde Julio Iglesias a Bruno Mars, la música soul, el flamenco… Todo lo que me despierta por dentro va directo al saco de las influencias.

 

¿Cómo definiríais tu nuevo epé?
Canto breve es un epílogo que completa mi primer álbum. Un ying yang en el que exploro la soledad que sentí al volver a Málaga y el calor que encontré después. Hay soul, psicodelia, luz y oscuridad. Es también un retrato fiel del talento que aporta cada miembro de mi equipo.

 

Canto breve suena, o te gustaría que sonara, como…
Con Canto breve tuvimos las referencias muy claras. Para “A Tu Vera” quise acercarme al sonido soul de Daptone Records, un sello neoyorkino que gusta mucho en la banda. Para “Soledad” me fijé en los álbumes de Jonathan Wilson.

 

Cinco discos de cabecera.
Abbey Road, de The Beatles; Harvest, de Neil Young; Abraxas, de Santana; Let love rule, de Lenny Kravitz; y Pet Sounds, de The Beach Boys.

 

Cinco canciones perfectas.
“You can’t always get what you want”, de The Rolling Stones; “Tu frialdad”, de Triana; “Heroes and villains”, de Brian Wilson; “Wicked game”, de Chris Isaak; y “Mother”, de John Lennon.

 

¿Prefieres estudio o directo?
Son experiencias muy distintas. No considero que haya sabido disfrutar del todo del estudio hasta ahora, tengo que reconocer que lo paso mal. Por otro lado es maravilloso, adoro estar ahí. En directo, si todo está bien, salgo de mi cuerpo. Es la mejor sensación del mundo.

 

 

¿A quién te gustaría telonear?
Me encantaría abrir para Rufus T Firefly. Descubrí a Víctor hace unos meses en una entrevista y conecté de inmediato con su forma de pensar y de hacer música. No sé cómo no los escuché antes, son geniales.

 

¿En qué disco de homenaje te gustaría participar?
Me encantaría homenajear a los Beatles. Tengo escritas versiones en castellano de algunos de sus temas, sería fantástico poder sacarlas por derecho.

 

¿Qué canción de tu nuevo trabajo es la que mejor te representa y por qué?
Todas por igual son parte de mí, pero hay una en especial a la que estoy muy unido. “El Camino” es mi canción más antigua y me transporta a mis comienzos. La hice en uno de mis primeros momentos de confusión adolescente a modo de recordatorio para mi yo del futuro. Cada vez que la canto vuelvo a ese instante.

 

¿Cómo eres encima de un escenario?
Libre.

 

¿Qué planes tienes para el año que está a punto de comenzar?
Mi prioridad ahora mismo es tocar en directo. No descansaré hasta tener un ritmo decente, esta banda tiene energía para lo que se le venga y más. No me puedo quejar de 2021, ha sido un buen arranque, pero quiero (y necesito) más para este año que entra.

 

Tienes cincuenta palabras para vender tu disco. Adelante!
Me llamo Ignacio Sarria Morillas, tengo 26 años y he pasado los últimos tres trabajando en estas canciones. Estoy pasado de moda, pienso mucho y duermo mal. He hecho este disco para liberarme y me haría muy feliz verte feliz escuchándolo. Muchísimas gracias por esta charla, un abrazo grande.

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