“Me gusta mucho cuando grabo porque me siento muy conectada con lo que me apetece, estoy creando, es un laboratorio para experimentar y probar”
Empieza su andadura como Sandra Bernardo, pero esta cantante madrileña se ha fogueado en todo tipo de músicas, desde combos de jazz hasta coros de gospel. Su primer epé se llama “Gardenia”. Nos la descubre Chema Domínguez.
Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.
De momento, su voz es casi un secreto. Sandra Bernardo inicia con «Gardenia» un camino lleno de sensualidad y belleza, sonidos enraizados, dos canciones propias y una versión que hacen presagiar una de las mejores novedades del año. Para el gran acabado de su primer epé, «Gardenia», ha contado con Aitor Castells y Markos Bayón en la producción, el primero desde Menorca y el segundo desde Madrid, sumando así luces mediterráneas y de ciudad para una voz seductora. Una voz en la línea de voces femeninas tan irresistibles como Julieta Venegas, Sole Giménez o Dolo Beltrán (Pastora). Si tuviera que imaginar qué tipo de voz atrajo a Víctor Coyote para bautizar el mejor disco de su banda «Mujer y sentimiento», imaginaría una voz como la de Sandra.
¿De dónde vienes?
Vengo de Madrid, soy madrileña y viajera también, por circunstancias me he movido mucho por el mundo desde los 19 años, he vivido un poco por aquí por allá y bueno, pues me he dedicado siempre a la música en todos sus estratos. He estado un poco en todo, a veces por detrás haciendo cosas cuando era más jovencita, siempre cantando de diferentes maneras. Es hace tres años, aproximadamente, cuando decido que me apetece darme un tiempo para mí, me voy a vivir fuera de España, a Australia, y un poco a la vuelta es cuando decido emprender este viaje creativo.
Describe tu sonido.
Un poco todo porque la verdad, con trece años ya estaba en la Escuela de Música Creativa aquí en Madrid, y ahí ya hay mucho movimiento de coros y de gente de mucho tipo de música. He estado desde combos de jazz hasta coros de gospel, he hecho pop, he puesto voces en discos de otras personas, he hecho giras con gente, un poco todo, dedicándome a esto desde diferentes formas, también para que económicamente pueda seguir adelante, y cosas que te nutren muchísimo como persona, mas allá de que seas artista o de que vendas pan.
Principales influencias.
Pues siempre digo que vienen mucho de la naturaleza, tiene mucho que ver con lo natural, con la luz, con el ser positivo, con el vitalismo, con las cosas bellas, tiene puntos de chanson francesa, con swing, un punto así como pinturas electrónicas en algunas cositas pero muy minimal y cumbieras. Una onda también de América Latina y mezcla de diferentes estilos que ahora mismo están muy de moda allí, como Bomba Estéreo cuando empezaban y tantos otros. Cada vez hay más gente que necesita sus sonidos de raíces, que al final es lo que somos, y yo digo mucho que es una hermandad, mi música está entre España y América Latina porque somos hermanos, entonces los sonidos al final nos buscan y son muy parecidos.
Tu disco suena, o te gustaría que sonara, como los de…
Desde clásicos como Omara Portuondo hasta más actuales como Mayra Andrade, Cesária Évora por supuesto, Chico César, Jorge Ben… Toda esta gente me vuelve loca, me encanta. Hindi Zahra me encanta, su primer álbum «Handmade» (2010) es maravilloso. Es una marroquí que vive en París, tiene ese punto sofisticado de las árabes o marroquíes que viven allí, y hace una música exquisita, acaba de sacar un nuevo disco y me inspira mucho.
Cinco discos de cabecera.
«Handmade» de Hindi Zahra. Me gusta mucho también Paolo Nutini, soy una enamorada de este hombre, no solo físicamente, tiene una cosa sobrenatural en la voz, lo que hace es maravilloso. Yo lo conozco hace ocho años y me fascina. Mayra Andrade, como una cosa más clásica, más atemporal, me encanta. Me gusta mucho también Jorge Ben, es un clásico pero es que escucho discos de este hombre, dice todo con tal belleza, cómo se puede hablar con ese swing…, me encanta cualquier disco de los que tiene. Y luego me gustan mucho así cosas distintas, la música electrónica de Empire of the Sun, sus discos, aunque ya se quedan atrás, cuando tenía veinte años y les vi por primera vez en Londres recuerdo que me fascinaron. Nadie les conocía, no salían en ninguna parte…
Cinco canciones perfectas.
‘Fascination’ de Hindi Zahra, ‘O telefone’ de Jorge Ben, ‘Berimbau’ una versión de Mayra Andrade, maravillosa. ‘Mama África’ de Chico César, es una canción que es alegría pura, es maravillosa. No sé decirte una más concreta, ‘El alma y el cuerpo’ de Bomba Estéreo es otra canción que me encanta, ahora ya se han vuelto un poco otra cosa… Alguna de Ayo, también Natalia Lafourcade me gusta mucho, lo que hacía antes sobre todo, me gustan cosas más modernitas, Caloncho por ejemplo, Cineplexx, aunque son un poco más electrónicos.
¿Prefieres estudio o directo?
Es complicado. El directo me encanta, es una magia que me gusta mucho, pero el estudio para mí es algo tan íntimo, una experiencia de vida tan especial, tan mágica… me gusta tanto que me quedo con él. Me gusta mucho cuando grabo porque me siento muy conectada con lo que me apetece, estoy creando, es un laboratorio para experimentar y probar. Tengo la suerte de hacer las canciones junto con Aitor Castells, las trabajamos juntos y es muy gratificante. El directo me encanta. Tampoco he tenido una carrera, la estoy iniciando ahora y espero que sea larga y seria, no he tenido grandes conciertos, íntimos en pequeños teatros sí. El de la Sala Berlanga fue muy especial, me llamaron para un ciclo de Sgae porque escucharon mi música y les encantó, para mí fue toda una sorpresa como todo lo que está pasando ahora. Y a raíz de ahí, se han empezado a poner en contacto conmigo para hacer otras cosas, pero bueno, ahora mismo estamos trabajando en ello. Intento que sea lo más fiel a cuando tengo producidas las canciones. Cuando tengo toda la banda me apetece que sea así, pero luego hay otro tipo de conciertos más íntimos, en salas más pequeñas, y ahí llevo una guitarra y mi voz, y hago algo diferente, a veces meto un poquito de percusión, pero es muy especial también y me encanta. Amo cantar.
¿A quién te gustaría telonear?
A gente que tuviera que ver conmigo, y no solamente en la música, sino también en una energía que yo sintiera parecida. A lo mejor es una bestialidad lo que voy a decir, pero me gusta mucho Sade, mi mamá me ponía mucho sus canciones cuando era pequeña. Mi padre me ponía algo completamente distinto, sus cosas como yo digo. Sade es una mujer muy interesante, no solo su música sino como persona, hizo algo muy especial desde principios de los 80, algo que no se sabía si era chill out, jazz o qué era.
¿En qué disco de homenaje te gustaría participar?
Sade, Omara Portuondo, Césaria Évora, Violeta Parra, Mercedes Sosa…
¿Qué canción del epé es la que mejor te representa?
‘Fruta’, sin duda. La hice antes de llegar a Menorca, recién llegada de Australia y con una cosa interna bastante fuerte al margen de la música y de todo. Había sido un viaje muy intenso, al final estuve un año y pico y vi tantas cosas como nunca en mi vida. Gente aborigen, fue como meterme en otro mundo. Tenía una mezcla de tristeza y de renacimiento también, empezaba a sentir el palpitar de ese renacer que me estaba surgiendo y estaba en una azotea con una guitarra viendo el mar y de repente empecé: «Fruta caramelo y algodón que está muy rico». Y ahí empecé a crear la canción, como un acto de alegría, de amor, de luz, y me salió así la canción. Luego, en el estudio, recuerdo que Aitor decía: “‘Lola’ va a ser la canción, es tu vida”, y yo le contestaba: «Va a ser ‘Fruta». Transmite cómo me siento, tiene un punto tropical, pinceladas desérticas como del oeste. Y no surgió en Sidney, surgió más bien aquí. Allí me empapé con toda esa gente de esos ritmos, estuve con muchos músicos latinos y convivía con gente que llevaba con sus bandas quince y veinte años en Sidney, que estaban absolutamente forrados, que yo me quedé alucinada: cubanos, colombianos, chilenos, gente con unas bandas de veinte músicos… Es otro mundo, es una burbuja, tienen una economía aparte que necesita de todo, que lo nuevo les encanta, es como Estados Unidos hace muchos años. Todos esos grupos me han transmitido esas músicas, aunque en ese momento no era consciente de que yo iba a hacer algo así.
Tienes cincuenta palabras para vender tu primer disco: ¡adelante
Puedo decir que sale desde el corazón, desde la verdad, que viene cargado de luz con mucho positivismo, con mucha vitalidad, con mucho colores. Tiene mucha influencia del mar, es como si estuvieras al ladito del mar escuchando una música que te pone feliz, que es tropical, que es atemporal, puede ser antigua pero puede ser también moderna, y todas las letras elogian lo femenino, el celebrar la vida, el dar las gracias y el compartir esa experiencia de vida en la que todos estamos inmersos.
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