“Esta sexta edición del Dcode ha pasado a la historia por ser la más desdibujada de todas”
Enrique Bunbury, Eagles of Death Metal, Leon Benavente y Love of Lesbian encabezaban el cartel del DCODE en su versión 2016. A la cita madrileña acudió David Pérez.
Dcode Festival
Campus de la UCM de Madrid
10 de septiembre de 2016
Texto y fotos: DAVID PÉREZ.
Era el último festival del verano y Madrid merecía mucho más. Esta sexta edición del Dcode ha pasado a la historia por ser la más desdibujada de todas, el eclecticismo de años anteriores ha dado paso a retales de géneros mal combinados y escasos referentes potentes en un cartel sin esencia propia, algo inconcebible para un festival que aspira a ser referente. Pero claro, siempre hay héroes en todo naufragio, esta es la historia de algunos de ellos.
El sábado empieza temprano y nosotros disfrutamos a mediodía con Belako, que aunque les toca lidiar con fallos de sonido y el calor aprieta en el Escenario Complutense (la carpa), desgranan su último “Hamen” y ofrecen un show lleno de energía. Tras la banda de Euskadi llega una de las injusticias y errores más grandes en la programación de los conciertos de este año, Leon Benavente pisan esas mismas tablas a las dos de la tarde. Sí, en el escenario Complutense no cabe ni un alfiler y la gente canta y baila como si no hubiera mañana cada tema, apretados a la sombra bajo la carpa y a pleno sol… ¿La banda más en forma y con el mejor directo del panorama nacional y tocan en el escenario pequeño a la hora de más calor del día? Hubieran reventado el escenario principal por la noche y hasta la luna aún tendría dibujada una sonrisa. Con todo, salen y disparan con rabia “Tipo D”, y justo antes de cantar ‘Ánimo, valiente’, Abraham Boba dice: “Gracias por venir a esta hora… supongo que todos nos preguntamos por qué, nosotros también”. Remueven los cimientos del Campus de la Complutense con su último disco y finalizan con el himno ‘Ser brigada’, coreado por todos.
“¿La banda más en forma y con el mejor directo del panorama nacional y tocan en el escenario pequeño a la hora de más calor del día?”
Entrevistamos a Jesse “The Devil” Hughes y sus secuaces de Eagles of Death Metal (esa charla ya os la contaremos) y tras comprobar que no hay miedo que pueda con el amor por la música, nos citamos más tarde para pasar de la teoría a la práctica y vibrar con ellos en el escenario principal.
Con los sentimientos aún a flor de piel, nos tomamos un buen trago del rock elegante de la mano de un crooner atípico, M.Ward, que también sudó de lo lindo a las cinco de la tarde en el Escenario Dcode 2. Sonó exquisitamente sanadora su Gibson y en ‘Confession’ hasta el sol bajó la guardia. De Pórtland a Arizona para ver a Jim Adkins y Cía. Jimmy Eat World caldearon más aún el ambiente y con ‘Bleed american’ y ‘The middle’ se llevaron las primeras grandes ovaciones de la tarde en el Escenario Dcode 1.
Mientras esperábamos el reencuentro con los EODM en el escenario principal, justo en el gemelo de al lado, aparecieron en escena Josephine y Anthony West de Oh Wonder, que con su pop vaporoso y edulcorado suavizaron la temperatura y acumularon un numeroso público.
Y llego la hora del plato fuerte del festival, el rock gamberro de los californianos Eagles Of Death Metal. Por fin los teníamos por estos lares, tras el horror de Bataclan y suspender posteriormente la gira europea, vuelven con energías renovadas a repartir diversión y pura vida. ‘I only want you’ y se desata la locura. Jesse es un showman total y no para de bromear y agradecer al público su afecto. Nos pide perdón por su español y nos dice lo único que sabe decir es: “Dame tu alma”. Y se la damos a cambio de más rock n roll. ‘The reverend’, ‘Miss Alissa’, ‘Coplexity’ y hasta un cover afilado del ‘Moonage daydream’ de David Bowie. Una fiesta que dura menos de una hora y nos deja con ganas de mucho más, ojalá podamos verlos próximamente en una sala. Se despiden con ‘Speaking in tongues’. ¿Y ahora qué?
“Por fin teníamos a Eagles of Death Metal por estos lares, tras el horror de Bataclan y suspender posteriormente la gira europea, vuelven con energías renovadas a repartir diversión y pura vida”
Bajamos de las alturas y vemos un poco de la actuación de Carla Morrison, que nos sorprende con su presencia y torrente de voz sobre el escenario. Le dedica ‘Déjenme llorar’ a Bunbury (esperábamos verlos más tarde a los dos sobre el escenario, pero al final le concedería el baile a otro…). Zara Larsson salió a escena cuando el sol se iba y arañaba el cielo, una hora perfecta para dar un buen espectáculo, pero no sería el caso. Coreografías insulsas y escaso carisma sobre las tablas, abrió con ‘Never forget you’ y sonó también ‘Lush life’, poco más.
Love of Lesbian sí pondrían las cosas en su sitio, demostrando por qué suelen encabezar desde hace años los carteles de los festivales patrios más punteros. Dos de “El poeta Halley” para empezar, ‘Cuando no me ves’ y ‘Bajo el volcán’ y el público más mayoritario del festival hasta el momento comiendo de la mano de Santi Balmes, maestro de ceremonias total que mide los tiempos como nadie y arroja un hit tras otro hasta el final. Muy celebradas fueron ‘Domingo astronómico’ junto a Carla Morrinson, la siempre ganadora ‘Club de fans de John Boy’ y la traca final con ‘Algunas plantas’ y ‘Planeador’.
“Santi Balmes, maestro de ceremonias total que mide los tiempos como nadie y arroja un hit tras otro hasta el final”
Kodaline hicieron de bisagra (oxidada) en el escenario vecino y llegó la hora de que el jefazo y salvador del festival apareciera en el Escenario Dcode 1, firmando el mejor concierto del festival. Enrique Bunbury, estrella total que se mostró en todo momento cercano a los fans (bajando varias veces del escenario y saludándolos), que vibraron y cantaron cada uno de los quince temas de un setlist que cualquier artista de primer nivel soñaría con poder interpretar. ‘Iberia sumergida’ para poner la cara de la luna de su lado, seguida de ‘El club de los imposibles’ y ‘Porque las cosas cambian’, pero no, la cosas no cambian, lo auténtico y genuino siempre flota, conecta y brilla más que un puñado de estrellas comerciales que rellenan y terminan hundiéndose en cualquier cartel. Para todos hubo, desde clasicazos como ‘Avalancha’, ‘Mar adentro’ o ‘Maldito duende’, pasando por ‘Puta desagradecida’, ‘El extranjero’, ‘Infinito’ o el punto final de ‘Lady Blue’. Una voz que se mantiene intacta y pudo hasta con un sonido que no estuvo a la altura en todo momento. Solo nos quedaba nadar mar adentro.
“Enrique Bunbury, estrella total que se mostró en todo momento cercano a los fans, que vibraron y cantaron cada uno de los quince temas de un setlist que cualquier artista de primer nivel soñaría con poder interpretar”
La madrugada perdía altura por momentos y tras pasar por el escenario donde Jungle rellenaban el expediente, levantamos el vuelo de nuevo y por última vez en el escenario pequeño, lleno hasta la bandera, con Triángulo de Amor Bizarro, que con el majestuoso caos de su celebrado ‘Salve discordia’ nos hicieron saltar, ya sin fuerzas, en el ojo del huracán, con un pogo continuo que tuvo en tensión a los miembros de seguridad hasta que la banda se retiró tras una atronadora “De la monarquía a la criptocracia”.
Las bajas eran ya numerosas y sólo nos quedaba bailar en el triángulo de las bermudas formado por 2manydjs, pasando por Delorean y despidiéndonos con un Mark Ronson que, anunciado engañosamente en la parte alta de cartel del festival (sin especificar que venía de dj), muchos esperaban que el músico no redujera solo y exclusivamente su actuación a una pinchada. Y eso fue lo que pasó, pinchados quedamos. Desde hip hop a funky, novedades como ‘Perfect illusion’, el nuevo single de Lady Gaga y clásicos de su carrera como ‘Valerie’ de Amy Winehouse y el muy esperado ‘Upton funk’.
Se escapa el verano, pero no queremos que se escapen con el todo lo buenos momentos que nos ha regalado Dcode a largo de sus seis ediciones, así que volveremos el próximo año, en el que seguro estamos que recuperará el rumbo y será de nuevo el broche de oro del periodo estival musical. Y si no, no os preocupéis: siempre hay un héroe o heroína que te salva del naufragio.