«Muy pocas veces hacemos un tema que salga 50% rock, 50% electrónica. Pero sí que hemos encontrado una manera en que los elementos de la electrónica y del rock coexisten sin ningún problema»
Los sevillanos Dardem, con su segundo disco, «Inerte», se posicionan en un espacio personal, donde el rock más potente se da la mano con la electrónica. Pablo Gómez los entrevista.
Texto: PABLO GÓMEZ.
Son una de las formaciones más originales del panorama rock español, por su singular fusión de rock de toda orientación, con dejes incluso funk o soul, en convivencia con la electrónica. De todo ello resulta un sonido único y muy especial, repleto de referencias pero que suenan personales, con momentos cercanos al rock más épico.
Este es vuestro segundo, ¿habéis cambiado mucho con respecto al primero?
Pepe Rodríguez: Creo que el cambio es bueno, porque indica una actividad y un camino recorrido. Después de «Nada», con su gira española y también con su gira alemana, tuvimos la oportunidad de contar con Sonobox (Manuel Colmenero y Javibu Carretero) para trazar un camino hacia algo nuevo, nuevos instrumentos, 47 canciones, y un año y medio más tarde te das cuenta que claro que hemos cambiado, como personas, como músicos y como banda. Ahora, eso de cambiar mucho o poco, le toca valorarlo al público y a los medios. (Pepe Rodríguez)
Seleccionasteis los doce temas del disco de entre más de cuarenta. ¿Sois muy prolíficos?
Raúl Pacheck: Somos recopiladores sistemáticos y tendemos a grabarnos mucho en el local, eso hace que a lo largo de un año y medio dedicados a la causa de la creación tengamos unas cuantas horas de ideas salvajes de local de ensayo. Creo que decir que Dardem somos prolíficos es un poco prematuro, porque entendemos que se trata más de una carrera de fondo que de un momento aislado donde la creatividad te desborda. John Lennon es prolífico, Dardem, de momento somos currantes.
Componéis entre los cuatro: ¿cómo surgen las canciones, cuál es vuestro proceso creativo?
Pepe Rodríguez: La palabra que mejor nos define es «banda», cada uno de los cuatro aportamos las ideas que podemos, eso se cuece en el local de ensayo y tras la destrucción y posterior reconstrucción de esas ideas y de algún que otro ego, nos encontramos con materiales muy coherentes que dependen directamente de las personas implicadas. También hay que decir que entre nosotros somos muy diferentes y cada uno ve la historia desde una óptica muy particular. Peter Bacán (batería) es un apasionado del funky y de Jojo Meyer, Joe Melero (bajista) es más del soul e Incubus, por otro lado Raul Pacheck es admirador de Clapton y de The Cure, y yo, Pepe Rodríguez (voz y teclados), soy un enamorado de los sintetizadores y los Depeche Mode. Todas esas influencias y maneras de sentir también dan como resultado mucho y muy diferente material. Trabajamos desde secuencias, riffs de guitarras, grooves de bajos, patrones rítmicos o melodías vocales. Al final del proceso y de tantas idas y venidas al local de ensayo encuentras que hay riffs de guitarras que son la melodía de voz, secuencias que han dado la clave para la línea de bajo o el patrón de batería, y grooves bajos que se han convertido en riffs de teclados o de guitarras. Una vez llegado ese punto es cuando una emoción muy concreta aflora cuando tocas la canción o parte de esa canción y es entonces cuando la letra empieza a perfilarse porque ya está claro cual es el sentimiento que ha de perseguirse y así poco a poco… Es un proceso muy coral, en el que todo Dardem interviene desde su lugar.
Fusionáis rock y electrónica, pero, ¿dónde pensáis que está el punto justo?
Pepe Rodríguez: El punto justo no existe y si existe, depende de cada canción. En honor a la verdad, nosotros no lo hemos encontrado porque muy pocas veces hacemos un tema que salga 50% rock, 50% electrónica. Pero sí que hemos encontrado una manera en que los elementos de la electrónica y del rock coexisten sin ningún problema, en ‘Para no volverte a ver’ hay una estructura totalmente rock, incluso el tiempo tan acelerado la hace casi punk, pero la manera de concretar la canción es muy electrónica con tantas líneas de sintes y loops, eso sí, totalmente distorsionados. «El aspirante’, tiene una base totalmente electrónica que se sustenta en una secuencia claustrofobia con un Polyevolver, la estructura es rock, pero con una subida en toda regla del techo de toda la vida apoyada con una guitarra demoledora. Creo que hay una falta de prejuicios que nos viene muy bien a la hora de incorporar nuevas maneras de componer y tocar los temas que van saliendo. Pero siempre tenemos que testearlo todo en el local.
En esa combinación de sonidos, ¿no teméis que pueda chirríar un poco el paso de temas próximos al rock duro con los más abiertamente electrónicos?
Raúl Pacheck: No, ¡al contrario! Ese rango amplio donde nos movemos es lo que nos da identidad y es ese el sitio que Dardem hace suyo. El público nos lo agradece, nos encontramos que hay mucha gente y opiniones diferentes dentro de nuestro público, algo que es evidente en nuestro conciertos. Puedes encontrar temas psicodélicos, ambientales, contundentes, de baile, pop, brutales y, sin embargo, el público nos sigue reconociendo y disfrutando cada vez más.
Para conseguir un sonido tan elaborado como el del disco, ¿han sido importantes los dos productores?
Raúl Pacheck: Manuel Colmenero y Javibu Carretero han marcado un antes y un después en Dardem. Ellos nos vieron en conciertos y estuvieron mucho tiempo con nosotros en el local de ensayo, eso les marcó la dirección a seguir. Tenían clarísimo que querían acercar el directo al estudio y no al contrario. Potenciaron la parte rock, distorsionaron la parte más electrónica, dosificaron las atmósferas y le quitaron a la voz toda la importación y el artificio. Estamos muy contentos con el resultado.
Vuestra música trae muchos ecos de diferentes escuelas del rock anglosajón, pero, sin embargo, ‘La bendición’ recuerda al rock andaluz. ¿Es un homenaje aislado o una línea que pensáis continuar?
Pepe Rodríguez: ‘La bendición’ es solo un extremo dentro de «Inerte», no fue para nada una jugada planeada, porque siempre tendemos a hacer aquello que nos motiva y sentimos, incluso estuvimos a punto de no meter este tema en el disco porque nos parecía que era demasiado evidente, pero pensamos que si somos andaluces y se nos veía el plumero tampoco pasaba nada. Pero no hay ninguna pretensión de que sea una pauta a seguir o una fórmula a imitar. Creemos que Andalucía tiene un folclore universal que forma parte de nuestra idiosincracia pero eso no nos convierte en un grupo de rock andaluz, sino en un grupo andaluz de rock.
¿Cuáles son vuestras principales influencias musicales?
Raúl Pacheck: Uy… cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre… venimos de músicas tan diferentes como el blues, el nu metal, la electrónica, el funk, el jazz, etc, y también escuchamos todo tipo de música. Lo que sí está claro es que Pepe lleva la parte más electrónica, Joe y Peter al formar la base rítmica son más funkeros y en mi caso, vengo más de la música más rock y psicodélica. Lo que sí notamos es que, en general, la gente se hace un lío cuando intenta ponernos una etiqueta, y eso nos gusta, al final la única palabra que nos define del todo es Dardem.
‘En la memoria’ está grabada en un templo, ¿cómo ha sido eso?
Pepe Rodríguez: Fue una idea de Manuel Colmenero, y nos gustó la idea de incorporar el espacio al sonido y buscamos un sitio en donde esto fuera posible. Tratándose del tema que era, ‘En la memoria’, no pudimos tener mejor elección. Grabamos el tema siempre en tomas enteras de manera de no hacer ningún montaje ni nada parecido. Se grabó en el Templo de San Miguel Arcángel, en Arcos de la Llana, en Burgos, y se hizo con seis micrófonos que captaban desde todos los ángulos y distancias posibles toda la acústica del lugar. Si a eso le sumamos que se grabó desde el altar con las luces apagadas y al atardecer, puedo de decir que fue una de las experiencias más emocionantes de mi vida y eso se nota cuando la oyes en el disco, creo que es el cierre que le hacia falta a «Inerte».
Las letras de vuestras canciones no son fáciles, en algunas incluso echáis mano de lo que parecen leyendas. ¿Qué queréis contar? ¿Qué os inspira?
Raúl Pacheck: En Dardem las letras son abiertas, no tienen un referente claro porque lo que nos interesa es que la gente las haga suyas y que las interprete con les de la gana, ese es el espacio que Dardem le da al público. Hablamos de lo que nos afecta y nos conmueve, siempre desde las emociones que nos marcan la música o los sonidos en los que trabajamos, muy raras veces escribimos algo antes de tener la música, aunque no quita para que hablemos en un momento dado de hacer un tema que hable de tal o cual cosa.
En estos momentos, ¿creéis que es fácil sacar adelante una propuesta musical desde Sevilla?
Raúl Pacheck: Para nosotros ha sido difícil permanecer en nuestra tierra por razones obvias, a parte de no haber un circuito de salas amplio, tampoco hay un tejido empresarial que apueste de manera decidida por algo tan inclasificable como Dardem, por eso ya llevamos mas de cuatro años en Madrid. Con todo, tampoco resulta fácil desde la capital.
¿Es fácil trasladar vuestro sonido de estudio, tan elaborado, al directo?
Raúl Pacheck: Aunque nosotros nos consideramos un grupo de directo y el disco partió del directo, es un reto, un proceso donde se vuelve a combinar todo el material del que se partía para la grabación, tienes que recrearlo todo y muchas veces encontrar la esencia de cada tema, para poder tocarlo más «simple», más «directo» en el escenario, es entonces cuando encontramos nuevas maneras de llevar a cabo los temas del disco. Para nosotros el disco es un referente pero no el único. La última palabra la tiene siempre el local de ensayo, y el público desde luego.
¿Qué significa Dardem?
Raúl Pacheck: ¡Esta es una pregunta histórica! Dardem es un apellido, pero nosotros llegamos a llamarnos así por «El club de la lucha» y los dominios de internet, me explico: allá por el verano de 2007, cuando nos decidimos a ponernos manos a la obra con las ideas que teníamos en la cabeza, nos llamó la atención a todos la película de David Fincher, «El club de la lucha» con Brad Pitt y Edward Norton. Nos empapamos un poco de su atmósfera y de la manera que tenía de ver la sociedad de consumo, sentíamos que había algo que nos identificaba con esa percepción decadente y brutal de la civilización occidental. Así que, a modo de broma, nos llamamos, en un primer momento, Mr. Durden. Nos hacía gracia que incluso en la misma peli, al alter ego de Jack, Tyler Durden, al final se le llamara de «señor», Mr. Durden, como otro síntoma más de la decadencia dentro de la decadencia, porque no tenía nada de señor, ni lo pretendía. Con el tiempo lo fuimos españolizando y lo transformamos en «Darden», con «N» al final, pero el destino aún nos tenía una última jugada más preparada, cuando intentamos registrarlo en internet con el .com… ¡Tachaaan!, ya estaba ocupado y, para colmo, por una especie de escuela privada de finanzas o algo así, vamos, una alegría… Entonces fue cuando le pusimos la «M», y dimos con el actual y definitivo Dardem para poder tener el .com y, como carambola total, es un apellido que parece ser de origen árabe y que se extiende hasta Noruega. Para fliparlo…
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