«Al acercarme al blues no se trataba tanto de dar un giro a mi trayectoria como de mantener una constante necesidad de forzarme a hacer cosas nuevas y no quedarme estancada en un formato o un género determinados»
La otrora pizpireta estrella pop de los ochenta cumple un sueño largamente anhelado: Grabar un disco de blues con sabor retro y colaboradores de la talla de B.B. King, Jonny Lang, Allen Toussaint o Charlie Musselwhite. Eduardo Guillot charla con ella.
Texto: EDUARDO GUILLOT.
El mundo del pop está lleno de sorpresas. ¿Quién hubiera dicho que Cyndi Lauper, la alocada chica de melena coloreada y vestidos extravagantes que se hizo famosa en los ochenta, acabaría grabando un disco de blues? Y, sin embargo, aquí está “Memphis blues” para demostrarlo. “Llevo queriendo hacerlo desde 2004, cuando volví a firmar con Sony”, asegura la cantante neoyorquina. “No se daban las circunstancias propicias, pero yo sabía que terminaría por grabarlo. El proceso de selección de canciones fue largo, porque hay mucho material muy bueno, pero en cuanto las escogí, nos fuimos a Memphis y nos metimos en el estudio”.
En ningún momento se le pasó por la cabeza que podía ser un movimiento arriesgado en su carrera, caracterizada por un accesible sonido pop. Máxime cuando sus últimas apariciones destacada habían sido el álbum “Bring ya to the brink” y un single en colaboración con The Hives. “No estaba preocupada en absoluto, quizá porque me sentía tremendamente emocionada de poder hacer un disco por el que tenía tanta pasión. Y tampoco se trataba tanto de dar un giro a mi trayectoria como de mantener una constante necesidad de forzarme a hacer cosas nuevas y no quedarme estancada en un formato o un género determinados”.
Le avala la extensa nómina de ilustres invitados que la arropan en el proyecto: Pesos pesados como B. B. King, Jonny Lang, Ann Peebles, Charlie Musselwhite… “Afortunadamente, no me costó nada convencerles. Todos estuvieron encantados con la idea y fueron muy generosos compartiendo su tiempo conmigo. Ha sido una experiencia increíble, me siento agradecida por haber tenido la oportunidad de trabajar con artistas tan importantes. En varias ocasiones tuve que salir de la cabina de grabación, porque me ponía a llorar y pensaba que no era digna de ellos”.
Entre esos artistas también destaca Allen Toussaint, que insufla sabor de Nueva Orleans a temas como ‘Mother earth’ y ‘Early in the morning’. “Son dos de mis favoritas, y el piano de Allen ha sido fundamental para que ambas tengan esa atmósfera”. En lo que respecta a la selección de títulos, Cyndi Lauper no ha podido evitar caer en algunas obviedades, como ‘Crossroads’, de Robert Johnson. “Fue un proceso largo y difícil, porque el blues es un género muy amplio y hay, literalmente, miles de canciones, pero me ayudaron mis amigos y mi manager. Los escogidos son temas que he admirado a lo largo de toda mi vida, y la mayoría cuentan historias sobre la fuerza y el coraje”.
Tampoco parecía el blues el género más adecuado para su timbre de voz, pero eso no la ha detenido. “Cuando haces algo por primera vez, siempre tienes algo de miedo, pero debes superarlo. Cantar blues tiene que ver con tener valor y sentirse vivo, y no preocuparse por los errores imperceptibles. Cuando tienes eso claro, todo resulta más fácil”. Sobre todo, si en los controles está Scott Bomar encargándose de la producción, un ingeniero de larga trayectoria que destaca por haber trabajado en varias ocasiones con el mítico Al Green. “Conozco a Scott desde hace mucho tiempo, y siempre he respetado su trabajo. Es un productor con un enorme talento, y estaba convencida de que era la persona adecuada para ayudarme a conseguir un disco hermoso”.
Aunque ha tenido muchos hits a lo largo de su carrera, en España Cyndi Lauper es la cantante de la exitosa ‘Girls just wanna have fun’, una canción que Russian Red versioneó recientemente (la americana asegura no haberla escuchado nunca) y que podría haberse convertido en una maldición para ella. “La considero un regalo. Sin ella no hubiera podido llegar donde llegué en los ochenta, una época muy divertida y creativa”. Tanto, que hasta hizo sus incursiones en la gran pantalla, protagonizando cintas como “El secreto de la pirámide” (Barry Levinson, 1985). “Me encanta el cine. Últimamente he hecho un pequeño papel en ‘Dirty movie’ (Jerry Daigle y Christopher Meloni, 2010). Me atrae la idea de hacer películas y espero que me sigan ofreciendo más personajes”. No obstante, su última encarnación no tiene que ver con el séptimo arte, sino con el mundo de los juguetes: Cyndi Lauper tiene su propio modelo de Barbie. “Me lo pasé en grande trabajando con Mattel en la confección de la muñeca. Años atrás, cuando empezaba a ser famosa, había tenido propuestas en ese sentido, pero no me convencían. En cambio, esta línea de Barbies me gusta, porque es una celebración de los ochenta y coincidía con las de Debbie Harry (Blondie) y Joan Jett, así que me dije: ¿Por qué no? ¡Hagámoslo!”.