Cycles, de Mirza Redžepagić

Autor:

DISCOS

«Fresco a partir de un elevado virtuosismo, nada pretencioso y muy coherente; compacto en su devenir pese a la variedad planteada»

 

Mirza Redžepagić
Cycles

REKORD, 2024

 

Texto: CÉSAR CAMPOY.

 

Cuando el guitarrista Mirza Redžepagić descubrió el arte del flamenco quedó prendado de un espíritu y filosofía que mucho tenía que ver con su entrañas culturales. Hijo adoptivo de Sarajevo (capital de Bosnia-Herzegovina), sus raíces se localizan en el corazón del histórico Sandžak, una región administrativa del Imperio Otomano, hoy repartida entre Serbia y Montenegro y, como buena parte de los Balcanes, marcada por esa esencia netamente oriental. De formación clásica, Mirza no tardó en visualizar esa evidente conexión entre ambos universos, y acabó viajando al Albaicín granadino para beber directamente de las fuentes de maestros como Jorge el Pisao, Rubén Campos o el mismísimo Juan Habichuela. En la actualidad, de hecho, nuestro protagonista es representante de la Asociación Española de Guitarra Flamenca en los países balcánicos y, entre sus proyectos, destaca NAiRUZ, una formación casi única, especializada en combinar flamenco con música sufí. Además, es uno de los pocos intérpretes de la zona especializado en el oud (laúd) oriental, arte asimilado en sus numerosos viajes por países como Irán.

El nexo de unión entre flamenco y sonidos balcánicos, sobre todo en los últimos lustros, se ha venido intensificando (clave, la Bienal de Flamenco de los Países Bajos), aunque, inexplicablemente, apenas ha trascendido terrenos demasiado especializados. Con Cycles, Redžepagić pretende ir un paso más allá, y dotar de una universalidad y cosmopolitismo a una propuesta con tanto atractivo como posibilidades.

Aprovechando su estancia en la prestigiosa escuela de Berklee en Valencia, el artista ha culminado su proceso de mestizaje respetuoso, además, rodeándose de músicos y profesionales de medio mundo. Eso le ha hecho concebir un compacto continente que, paradójicamente, rebosa multiculturalidad en su contenido: maqam oriental, jazz, folclore balcánico, elementos latinos, pinceladas clásicas, sinfonías atonales, rock y, por supuesto, flamenco. Porque todo eso y mucho más es Cycles: un mágico viaje entre Occidente y Oriente Medio, de Al-Andalus a Persia, pasando por Sudamérica, Arabia y los Balcanes, además, construido con delicadeza amanuense junto a nada menos que veinticuatro colegas de más de una docena de países, entre ellos, España, Brasil, Irán, Kurdistán, Estados Unidos, Chile, Colombia, Cuba, Pakistán, Chipre o Siria.

Con estos mimbres, el oyente entenderá que la oferta planteada puede llegar a ser tan sugerente como variada, aunque en ningún momento se caiga en la desordenada incongruencia. El tercer larga duración de Mirza, tras Flamenco clásicos (2021) y Mirza Redžepagić plays Brouwer (2022), es un álbum heterogéneo pero, a su vez, homogéneo; fresco a partir de un elevado virtuosismo, nada pretencioso y muy coherente; compacto en su devenir pese a la variedad planteada. Y así, podemos toparnos con temas propios como la festiva bulería “Salsavana”, tocada por una ligera brisa afrocubana; el tango flamenco “Ruzafa”, un paseo por el popular barrio valenciano, otrora, vergel diseñado por uno de los hijos de Abderramán I; el tango flamenco “Breeze of delight”, mecido entre las alegrías de Cádiz y la nostalgia por una añorada Sarajevo; la sobrecogedora “Letter to Eco” o una inspirada canción de cuna, “Uspavanka”, servida cálidamente a base de dos guitarras y cuarteto de cuerdas.

En cuanto a los tremendamente personalísimos tributos, Redžepagić abre sin complejos su abanico y se atreve con una sorprendente revisión por bulerías del “Windows”, de Chick Corea; una soberbia y trabajadísima “Aman aman metheny” (belleza insuperable a partir de cincos solos, psicodélicas progresiones, desconcertantes cambios de compás…), surgida a partir de una composición de Pat Metheny, o una fabulosa reformulación del clásico “Uzun ince bir yoldayim”, del poeta, compositor y maestro del baglamá Aşık Veysel. Además, la breve “Hiyaz taksim” (tocada en maqam hijaz) da paso a una lisérgica interpretación, a trío, de “Hijaz Saz Semai”, del mago del qanun turco Göksel Baktagir, mientras, al fin, reposamos en la reparadora quietud del “Waltz for Ruth”, de Charlie Haden, perla jazzística que nos devuelve a Occidente. Todas ellas las hace suyas un Mirza que, en definitiva, articula un embriagador viaje a través de diferentes épocas y atmósferas, de círculos musicales que se conectan entre sí, se superponen y acaban cincelando los ciclos que forman parte de una gran historia.

Anterior crítica de discos: Escaleras al cielo, de La Élite.

Artículos relacionados