Criminales del sueño, de Said Muti

Autor:

DISCOS

«Hay letras íntimas, llenas de carisma, dentro de estribillos arrebatadores. Y hay un magnetismo especial»

 

Said Muti
Criminales del sueño
SONY, 2024

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Said Muti nos entrega su tercer disco de estudio —seis años después— y se asienta ya como figura importante de la música española. Tan importante como para ser reclamado como artista invitado por Elton John y telonero de Bonnie Tayler. Reliquias del pasado, sí, estos dos, pero también muestra de que las canciones de Said tienen hechura de clásico y es capaz de encajar dentro del rock, el indie, la americana o el folk, a la par que no duda en experimentar si la canción lo reclama. Experimentar supone que “Tu puñal en la espalda”, la canción que abre el disco, tenga ambientación de western, de desierto, para hablar de la sequedad de la traición y el engaño. Sin embargo, el culmen de la experimentación —de la salida de su zona de confort— es “Magia y otros milagros”, con sus fondos extraordinariamente abstractos, poco plásticos, con leves teclados y alguna aparición de guitarra acústica para una sentencia casi machadiana: la soledad es lo que nos salva.

Si vamos al apartado de clásicos, nos encontramos con “Cicatrices”, junto a Ricky Falker, de Egon Soda, que es quien maneja también la delicada producción del disco, al igual que hizo en su anterior trabajo, Habitación 828. En su melodía se concentran y se depuran los perfumes del mejor pop, con gotitas de piano y arreglos de cuerda. Pero en el disco hay mucho más. Hay letras íntimas, llenas de carisma, dentro de estribillos arrebatadores. Y hay un magnetismo especial en canciones que no se diferencian de otras canciones pop, como en “Accidentes planeados”, una ranchera con guitarra plácida, a la manera de Los Secretos, con la misma intimidad y la misma belleza.

La parte recogida del disco se completa con “Pista libre”, acompañado de Sharma, de Elefantes. Más acústica y exploradora de paisajes de sencillez melódica y corazones abiertos, con unos arreglos también escuetos pero enormemente efectivos. El solo de guitarra es especialmente acariciante. Y a partir de aquí, el resto de canciones viajan por otros caminos. “Los abrazos furtivos”, por ejemplo, es arrabalera, con algo de latino y una lenta desfachatez que defiende los amores al otro lado de la puerta. “Señor de las moscas”, por el contrario, es más rugosa, una plegaria bluesera, casi una oración, un himno.

Caso aparte es “Horas”, una balada cercana sobre el desamor y la pérdida, la soledad y los apoyos para salir adelante, con una intro a la manera de La Buena Vida y una intensa instrumentación britpop a medida que discurre la canción. Demuestra este disco que aunque Said Muti se ha labrado una carrera firme y honesta, aún tiene mucho recorrido por delante.

Anterior crítica de discos: Keep me on your mind / See you free, de Bonny Light Horseman.

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