“Han pasado años desde la última vez que oí a alguien nuevo que me impresionó realmente. Con frecuencia escucho canciones que me llaman la atención, pero luego el álbum en conjunto no se sostiene”.
Esta semana, Cowboy Junkies iban a ofrecer dos conciertos en España pero, finalmente, se suspendieron. Días antes, Arancha Moreno habló con la vocalista del grupo.
Texto: ARANCHA MORENO.
Delicadeza, buen gusto, senbilidad… La crítica se deshace en elogios hacia una de las bandas más veteranas del panorama folk. Con sus tres primeros trabajos vendieron más de dos millones de discos; el segundo de ellos, “The trinity session”, lo grabaron en directo en una iglesia en 1985, y desde entonces, han alternado discos suaves, hipnóticos, saltando desde el folk al blues, o el rock, o el country. Vivieron el éxito de masas y después vendieron menos; ficharon por multinacionales y dejaron las compañías para apostar por la independencia, pero nunca perdieron las riendas de su música. Ahora, a punto de cumplir tres décadas como banda, los canadienses Peter, Michael y Margo Timmins, junto a Alan Anton, continúan recorriendo escenarios de todo el mundo. Su gira les iba a traer a España esta semana para presentar en directo “The Wilderness”, el último de una serie de cuatro discos que han publicado en menos de dos años, pero, finalmente, se ha suspendido. Antes de la cancelación, entrevistamos a Margo, su vocalista, para entender mejor las diferentes caras de Cowboy Junkies.
“The wilderness” es el último de una serie formada por cuatro discos, que habéis publicado en menos de dos años. ¿Cómo ha sido la experiencia: reto conseguido?
Era un reto difícil, pero muy divertido, y nos ha mantenido centrados en el estudio dos años. Creo que todos tenemos la sensación de haberlo logrado.
¿Cuál era el objetivo de lanzar tantos discos en tan poco tiempo?
No había una meta real, era un reto que nos planteamos. La razón por la que establecimos un marco de tiempo corto era mantener la energía del proyecto y darle una cohesión natural.
Los cuatro trabajos que componen “The nomad series”, ¿conforman una historia en cuatro partes, o son historias independientes?
Son independientes, pero creo que reflejan las diferentes personalidades musicales de la banda: la experimentación, la capacidad de interpretar el trabajo de otros, el blues psicodélico, y el lado del cantautor folk.
El disco anterior, «Demons», era un homenaje a Vic Chesnutt, tarea difícil. ¿Cuesta más hacer una buena canción, o hacer una buena versión?
Realmente no puedo decir qué es más fácil. Da menos trabajo hacer una canción de otra persona, porque ya existe un punto de partida. Cuando escribes tu propia canción partes de la nada.
¿Cuál es la historia o historias que se esconden en estos discos?
No hay ninguna historia concreta que los conecte. En general hablan de estar en un momento de la vida en el que uno se encuentra perdido y confundido, pero también en paz con todo.
“The wilderness» transporta a otra época desde el primer minuto; es de una gran delicadeza…
Sí, queríamos que este álbum fuese muy suave y silencioso en general, especialmente después de “Sing in my meadow”, un álbum mucho más estridente.
De ahí que la crítica hable de vuestra sensibilidad exquisita, y de las canciones lentas con base folk. ¿Es la mejor forma de definiros?
Creo que esa es una parte de nuestro sonido. Nuestra música tiene más caras, no es solo folk.
En estas letras, ¿hay más experiencias propias, o historias sobre el mundo que os rodea?
Normalmente hay algún elemento en la mayoría de las canciones que se basan en mi experiencia, pero usualmente estoy en busca de una verdad universal o realización.
¿Qué te ha inspirado para crear este álbum?
Tener más de cincuenta años.
Hace unos años dejasteis el mundo de las discográficas para crear vuestro propio sello. ¿Qué ha cambiado desde entonces en vuestra forma de hacer las cosas?
No ha cambiado mucho. Siempre hemos asumido la responsabilidad de hacer nuestros álbumes y giras, incluso cuando estábamos con las discográficas más importantes. Ahora tenemos que prestar atención a los detalles como la comercialización y fabricación, pero seguimos enfocando la música de la misma manera.
Con vuestros tres primeros trabajos vendísteis más de dos millones de discos. Han pasado muchos más discos, y estáis en un buen momento, pero, ¿echáis en falta ese éxito?
Lo echamos de menos financieramente, sin duda. Ciertos aspectos de la vida son siempre más fáciles con unos cuantos dólares más en el bolsillo, pero la cantidad de discos que vendemos nunca ha afectado la manera en que nos acercamos a nuestra música.
Al final, ¿el mayor éxito es hacer canciones de las que estar orgulloso?
Sí. Siempre es muy emocionante cuando alguien me dice que una canción concreta significa algo para él.
Habéis publicado una veintena de álbumes en casi treinta años, ¿cómo mantenéis un ritmo tan intenso?
Mientras sea divertido, seguiremos haciéndolo.
Hace poco viajasteis a China, y tuvisteis que cambiar el nombre del grupo y vuestras canciones tuvieron que enfrentarse a la censura. ¿Cómo llevasteis ser censurados en pleno siglo XXI?
Realmente no cambiamos nuestro nombre. El promotor del espectáculo tuvo que censurar a todas las bandas, así que él interpretó nuestro nombre en mandarín de una manera aceptable. La censura nunca es buena.
En cuanto al panorama musical, ¿qué bandas os interesan más?
Han pasado años desde la última vez que oí a alguien nuevo que me impresionó realmente. Con frecuencia escucho canciones que me llaman la atención, pero luego el álbum en conjunto no se sostiene. Pero sigo buscando.
Cuando habéis venido a tocar a España en otras ocasiones, ¿qué impresión os habéis llevado?
No hemos pasado mucho tiempo en España a lo largo de los años. El año pasado estuvimos una semana en vuestro país y nos enamoramos de él. El público era fenomenal, y estaba muy bien informado. Nos habría gustado tener más tiempo para explorar.
¿Qué planes tenéis después de la gira?
De momento estamos centrados en las giras y en vender de “The nomad series”. No pensamos trabajar en un nuevo disco en los próximos meses.