«El videoclip sigue siendo esencial, que se lo digan a los magnates del rap, pero para los sectores más de culto o de mensaje intelectual, parece que dejó de ser necesario»
David Fincher, videoclips, la MTV, paseos por Manhattan. Juanjo Ordás lo mezcla todo en su espacio dominical.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
El otro día léia que el director de cine David Fincher tenía pensado dirigir una serie sobre la industria del videoclip en los ochenta. Aunque “Gone girl”, su última película, no me gustara nada, la carrera de Fincher es enorme. Básicamente cualquier película suya es sobresaliente: “Seven”, “Fight club”, “Zodiac”… Por otro lado, no me cabe la menor duda de que la era en la que la MTV nació y explotó da para mucho.
Estaba paseando por Manhattan —en mi única y espero que última visita a New York— cuando topé con una librería cuyo nombre ni recuerdo. Allí pude echar un vistazo a su sección musical y me encontré con un libro del que nunca había oído hablar, “I want my MTV: The uncensored story of the music video revolution” de Rob Tannenbaum y Craig Marks. Grandísimo descubrimiento, una historia oral con multitud de protagonistas sobre el nacimiento, éxito y decadencia de la famosa cadena musical. Ahí podéis encontrar gente de la industria cuyo comportamiento no tiene nada que envidiar al de las estrellas de rock en las que podáis estar pensando ahora mismo. Todos los excesos que se te ocurran, están ahí. En ese mundo de vídeos musicales.
Una industria interesante, desde luego, que ahora mismo no sé en qué momento se encuentra. Eso sí, el tedioso (¿tedioso? Me quedo corto) viaje de avión fue mucho más llevadero gracias a ella. El videoclip sigue siendo esencial, que se lo digan a los magnates del rap, pero para los sectores más de culto o de mensaje intelectual, parece que dejó de ser necesario. Y eso es un error, porque el videoclip tiene un componente creativo y expresivo importante.
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Anterior entrega de Corriente alterna: El regreso de Faith No More.
