«A veces la propia crítica especializada deja que algunos artistas sean territorio vallado para ella misma y para cierto tipo de público»
Generalmente se adscribe al grupo UFO al heavy metal, pero Juanjo Ordás no está nada de acuerdo, los ve como unos Led Zeppelin más sencillos.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
No entiendo por qué una banda como UFO está considerada de heavy metal. De sus discos clásicos solo un par de canciones se acercan al metal, lo demás es puro rock duro inglés de la mejor calidad, como si habláramos de unos Led Zeppelin más sencillos o de unos The Faces con esteroides. Y no lo digo de forma peyorativa, en absoluto, se trata de una simple descripción que tampoco hace justicia a una banda tan maravillosa como UFO. La voz de Phil Mogg es emocionante y Michael Schenker es uno de esos grandísimos guitarristas olvidados por la crítica culta precisamente por su asociación al movimiento, pero el tipo es un ejemplo de sentimiento y técnica, un digno alumno de Hendrix y Page que en lugar de ser un émulo vivió –y sigue viviendo– su tiempo.
Pero dejemos la figura de Schenker –y no es fácil– y centrémonos en UFO, concretamente en los cinco discos que grabaron entre 1974 y 1978, obras perfectas de principio a fin que huelen a los colores de la Union Jack pese a Schenker fuera alemán –¡otra vez él!–, aunque puestos a dirigirnos con un poco más de tino mencionemos los álbumes “No heavy petting” y “Lights out”, dos demostraciones de poderío inglés y sensibilidad, con Schenker –¡él de nuevo– empujando a la banda y Mogg erigido en carismático vocero de historias con mujeres complicadas de por medio y noches de dormir en el suelo. Enormes.
A veces la propia crítica especializada deja que algunos artistas sean territorio vallado para ella misma y para cierto tipo de público. Una lástima, especialmente cuando las etiquetas se colocan mal y las prendas son devueltas al almacén con una talla equívoca.
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