Corriente alterna: Talking Rosenvinge

“Ahí estaba ella, una tía cool como pocas, cantando ese brutalísimo sencillo que es ‘Voy en un coche’ con el que alucinaba a mis doce años, creciendo conmigo con el disco de rock alternativo ‘Mi pequeño animal’ un poco después”

La publicación del nuevo trabajo de Christina Rosenvinge, hace que Juanjo Ordás mire al pasado, desde aquel “brutalísimo sencillo ‘Voy en un coche’”, hasta el penúltimo disco, “La joven dolores”.

Una sección de JUANJO ORDÁS.

Su nuevo disco se ha puesto a la venta este martes, aún no lo he escuchado y sin embargo, voy a hablar de ella.

Supongo que habrá tipos a los que Christina Rosenvinge les parezca una mujer sexy, pero para mí fue siempre una hermana mayor. Nunca me fijé en ella como en nada más que en una mujer fuerte, no en como un modelo, obviamente, pero sí como ejemplo de lo que debía ser una mujer. Cuando uno se acerca a la adolescencia, las figuras paternas empiezan a rechazarse y en mi pequeña familia no había mucho que escoger más allá del núcleo cercano que es precisamente el que se rechaza. Pero no pasa nada, la cultura del consumo pop provee. Y a mí me trajo a Rosenvinge. Porque hay que tener ejemplos masculinos y modelos femeninos en un momento en que la vida se empieza a configurar malamente en la cabeza de un chaval de doce años.

Y ahí estaba ella, una tía cool como pocas, cantando ese brutalísimo sencillo que es ‘Voy en un coche’ con el que alucinaba a mis doce años, creciendo conmigo con el disco de rock alternativo “Mi pequeño animal” un poco después. Era fantástico ver a una mujer de esa fortaleza liberando el espíritu con tanta fuerza como un tío pero de una manera distinta, que para eso era una chica. Por supuesto, lo mejor de todo llegó después. Siempre es así, ¿verdad? Lo mejor llega después de lo bueno, ese es un final feliz y así es: en 2007 regresaba a dúo con Nacho Vegas al castellano, y en sucesivos años encadenaba “Tu labio superior” y “La joven Dolores”, dos álbumes enormes.