«No es que ‘The next day’ haya desatado la locura, es que Bowie nos enloquece y nos impide pensar con claridad. ¿Cómo voy a decir que Paul McCartney ha superado a Bowie? No, no puedo»
Juanjo Ordás está fascinado con la manera en que «The next day», el disco de regreso de David Bowie, se encarama en los primeros puestos de las listas de lo mejor del año. A la vez, lo entiende demasiado bien.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
La hostia, qué locura desatada con Bowie. Perdonad que empiece así en esta tranquila mañana de Domingo, pero lo que está ocurriendo con las listas de lo mejor del año en tantas revistas musicales internacionales es alucinante. Vaya por delante que soy un enorme fan de David Bowie, me encanta, me fascina, pero no deja de asombrarme la manera en que su último disco se abre paso en las mencionadas listas hasta las posiciones más altas. ¿En serio se han editado pocos discos mejores que “The next day” en 2013?
Bowie regresó con un buen disco, estamos de acuerdo, pero en absoluto se trata de lo mejor que se ha publicado en este año que acaba. En cuestiones de gusto personal, Nick Cave y Depeche Mode le han superado de largo (¡pero de muy largo!), incluso me atrevería a decir que Paul McCartney le ha dado sopas con onda con “New”, si no fuera porque… ¡No puedo decirlo! Y estoy seguro de que algo parecido le ha debido suceder a los periodistas y editores de todas esas revistas. No es que “The next day” haya desatado la locura, es que Bowie nos enloquece y nos impide pensar con claridad. ¿Cómo voy a decir que Paul McCartney ha superado a Bowie? No, no puedo. Que no, que me niego. No me cuesta decir que Nick Cave y Depeche Mode lo han hecho… ¡Bueno, sí, incluso eso me cuesta! Pero la realidad es que “The next day” no es lo mejor del año, no está ni cerca.
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Anterior entrega de Corriente alterna: La música y la rapidez del tiempo.
