«Joe Perry y Steven Tyler son tan tremendamente carismáticos que fue cuestión de tiempo que acabaran eclipsando a sus otros tres compañeros»
Joey Kramer, batería de Aerosmith, fue noticia por una dolencia cardíaca. Lo que lleva a Juanjo Ordás a reivindicar su papel en el grupo, aunque él no sea demasiado conocido, como sucede con las secciones rítmicas de tantas bandas.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
El otro día una dolencia cardíaca de Joey Kramer provocó que Aerosmith tuvieran que suspender un show. Afortunadamente el batería se encuentra bien y la banda podrá seguir adelante con su tour actual, siendo sustituido por su hijo. Pero todo esto me ha hecho pensar en él, en Joey. Joe Perry y Steven Tyler son tan tremendamente carismáticos (y el segundo tan estratosféricamente famoso) que fue cuestión de tiempo que acabaran eclipsando a sus otros tres compañeros. Es natural, no se puede negar que son cosas que pasan y lo más gracioso de todo es que siempre sucede y siempre ha sido así, tanto en su primera etapa (la clásica de los setenta y parte de los ochenta), como en la segunda (la de la resurrección comercial) y en la tercera (la de la fama más allá de méritos rockeros). Debe ser el sino de trabajar con supernovas como Tyler y Perry, aunque también ha tenido bastante que ver la discreción personal de la sección rítmica de la banda. Se trata de muy buenos músicos que no han dado especialmente que hablar y uno de ellos es Joey.
Pero todo fan de Aerosmith sabe unas cuantas cosas sobre el recio batería. Sabe que sus redobles en ‘Sweet emotion’ son los que hacen que el final de la canción sea apoteósico, que quien lanza ‘Draw the line’ cual pelota de béisbol es él, que aunque fuera invento de Steven Tyler, quien toca el mítico ritmo de ‘Walk this way’ es Joey. Y cualquier fan de Aerosmith quiere lo mejor para él, porque nos ha hecho bailar y aunque no sea el Charlie Watts del rock duro, no nos importa,
Esto plantea el eterno debate de si la banda famosa de turno habría llegado a ser lo que es sin los que están al fondo. ¿Habrían sido The Smiths lo mismo sin Joyce y Rourke?, ¿y U2 sin Mullen y Clayton? Seguramente no. Muchas veces el funcionamiento interno de las bandas y su idiosincrasia son opacos al mundo exterior. ¿Aerosmith sin Joey? Nunca.
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