“Esta reunión es una buena oportunidad para dar a la gente lo que quiere. Los clásicos esperados deben estar ahí, pero también es el momento de rascar el fondo de armario y volver a hacer hueco a ‘Right next door to hell’, ‘Locomotive’, ‘Perfect crime’ y ‘Dead horse’”
La reunión de Guns N’ Roses para una gira estadounidense llama la atención de Juanjo Ordás, que se posiciona a favor de rescatar ciertos temas que no han vuelto a sonar en vivo desde 1993 y advierte algunas carencias en el anunciado regreso. La formación dio su último concierto el 17 de julio de 1993 en el River Plate de Buenos Aires.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Hay algunos que estamos emocionados con la reunión de tres cuartas partes de los Guns N’ Roses originales y hay otros que no lo están en absoluto. Creo que ambas posturas son lógicas y al final todo se reducirá a lo de siempre: aceptar la oferta o declinarla. Pero pese a la emoción que produce saber que Axl Rose, Duff McKagan y Slash volverán a subirse juntos a un escenario, hay que tener en cuenta los problemas que los tres músicos deben salvar para que esta reunión luzca y no sea un show modorro. Y no me refiero a sus rifirrafes personales, que entiendo están solventados, sino al concierto en sí.
Tanto Axl como Slash han habituado al público a seguir escuchando los clásicos de la banda en directo a lo largo de los veintitrés años que han permanecido separados. El primero comandando a unos Guns N’ Roses de nueva generación y el segundo con su banda solista, han tirado del cancioner clásico con todo el derecho del mundo, pero eso ha conllevado ver en vivo a Slash tocando ‘Sweet child o’mine’ y a Axl cantando ‘November rain’. Por lo tanto, a no ser que se replanteen colocar detalles en el setlist, el repertorio puede ser algo aburridamente predecible. Ya no cuentan a su lado con Izzy Stradlin, el otro guitarrista original, por lo que canciones como ’14 years’ y ‘Dust and bones’ cantadas originalmente por él y muy queridas por los fans quedan descartadas. Y en este punto hay que hacer un inciso. Se ha publicitado el retorno de parte de los Guns clásicos haciendo hincapié en el reencuentro entre Axl y Slash, pero esta banda nunca fueron unos Rolling Stones que pivotaran sobre dos figuras. Muy al contrario, en los Guns n’ Roses clásicos el peso de Izzy Stradlin y de Duff McKagan era muy importante y muchas de sus ideas eran fundamentales, por lo que en realidad la reunión es un poquito más coja de lo que parece. Por eso, el hecho de que McKagan forme parte de ella es tan trascendental, porque no solo es una de las fuerzas motrices originales del grupo, sino que con él vuelven los coros clásicos y también la oportunidad de retomar canciones perdidas con él a la voz como ‘So fine’ y la versión de ‘Attitude’ de los Misfits, por lo que parte de la renovación necesaria del repertorio pasa por él. Sin duda, sus segundas voces también aportaran nuevo color a canciones muy manoseadas por Axl y Slash, como ‘You could be mine’ y ‘It’s so easy’. Por supuesto, si finalmente Izzy Stradlin respondiera a la llamada todo sería perfecto, porque aunque para los menos versados no sea así, el sonido de su guitarra es tan importante en el grupo como el del propio Slash.
Sin duda, esta es una buena oportunidad para dar a la gente lo que quiere, los clásicos esperados deben estar ahí, pero también es el momento de rascar el fondo de armario y volver a hacer hueco a ‘Right next door to hell’, ‘Locomotive’, ‘Perfect crime’ y ‘Dead horse’. Y hacer sonar ‘Anything goes’. Y dejar de lado los largos solos de batería y guitarra. Pero esto último seguirá ahí, ya veréis. Guns n’ Roses son Guns n’ Roses, con lo bueno y con lo menos bueno. Pero los amamos.
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Anterior entrega de Corriente alterna: Acerca de Scott Weiland.