«Con ‘7’, él Platero y Tú consiguieron su particular ‘Agila’, de otro modo, de otra forma y teniendo en cuenta que para gustos los colores»
Juanjo Ordás aprovecha este domingo ocioso para recordar la época más gloriosa de Platero y Tú, la antigua banda de Fito Fitipaldi.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Hubo una época en la que Platero y Tú eran los amos. Bueno, ellos y Extremoduro. Cuando juntos llenaron el Palacio de los Deportes de Madrid dos días consecutivos fue un suceso enorme que se vivió con expectación. Hace ya dieciocho años de ello, entonces el rock urbano español se limitaba a salas medias y a muy pocos festivales, era una época muy distinta a la actual. Mientras Platero y Tú seguían limitados a salas medianas —que eso sí, llenaban hasta arriba—, Extremoduro ya estaban ampliando su poder de convocatoria gracias a “Agila”, el disco que les lanzó hacia el estrellato masivo, pero Platero y Tú aún no habían grabado su obra magna. Habían editado buenos discos en estudio pero su gran álbum fue el directo “A pelo”, uno de los mejores lanzamientos de dicha índole de la historia del rock español, una fiel fotografía de lo que eran sobre las tablas y de lo que debía ser una buena banda de rock urbano, término del que mientras Extremoduro se escaparon desde prácticamente su primer disco, a ellos se les adaptaba sin problemas.
Pude ver a Platero y Tú un par de veces en la gira presentación de “A pelo” y estaban crecidos, con ganas, incluso tenían el detalle de cambiar el repertorio respecto a su disco en vivo en lugar de calcarlo. Recuerdo un demoledor inicio de show con ‘Rompe los cristales’, poderío callejero sobre las tablas, pero, efectivamente, les faltaba su disco mayúsculo. Y ese fue “7”. El título no era original, la portada no era la mejor y el libreto interior ciertamente mejorable, pero contenía nueve canciones que había que escuchar. Durante una época, “7” era el elepé que tenías que poseer y oír noche y día, era mágico, era lo que precisaban Platero y Tú para consolidarse, una cota que nunca más llegarían a rozar. Quizá por todo ello la reedición en vinilo hace de él algo especial, porque se han eliminado esos quebraderos ilustrativos para optar por la sobriedad, aunque al margen de ello, “7” continúa siendo “7”. Siguiendo con la comparativa, con él Platero y Tú consiguieron su particular “Agila”, de otro modo, de otra forma y teniendo en cuenta que para gustos los colores, pero ampliaron paleta y colorearon mucho más, le echaron cara en el mejor sentido, tocaron palos inauditos para el rock urbano.
Hoy día, con Fito Fitipaldi viviendo un gran momento gracias al notable “Huyendo conmigo de mí” y con Iñaki Antón haciendo lo mismo como miembro oficial de unos Extremoduro a los que se unió progresivamente mientras Platero y Tú desaparecían, estaría bien que todas las multitudes que los siguen se dejaran caer por “7”, lo agradecerán.
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