«Está muy bien seguir echando un vistazo al material inédito de Dylan, pero si vamos a reivindicar una etapa poco célebre vamos a hacerlo reivindicando los álbumes tal y como vieron la luz»
Se muestra algo escéptico Juanjo Ordás ante el lanzamiento del nuevo volumen de la «bootleg series» de Bob Dylan y su intención de reescribir la historia, reivindicando que los discos originales fueron los que fueron.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Ya lo sabe todo el mundo, Bob Dylan edita el décimo volumen de sus «bootleg series», titulado “Another self portrait” y esta vez dedicado a su época de retiro familiar de finales de los sesenta, un periodo que no es de los más aclamados, precisamente. Pero, ¡oh!, ¡aquí está el décimo volumen de las «bootleg series» para poner las cosas en su sitio! Los medios de medio mundo –y la publicidad que rodea al lanzamiento– nos cuentan cómo escuchando estas canciones rescatadas (más versiones desnudas de las que en su día se editaron) queda claro que esta época fue mucho más hermosa y bella de lo que todo el mundo creía.
Y seguramente en “Another self portrait” habrá material muy interesante, pero si hay que juzgar una era artística es por lo que esta nos dejó, por cómo se vivió y por lo que había detrás del telón, pero no por lo que estaba guardado en el baúl. Que sí, que está muy bien seguir echando un vistazo al material inédito de Dylan, pero si vamos a reivindicar una etapa poco célebre vamos a hacerlo reivindicando los álbumes tal y como vieron la luz. No es necesario venir con inéditos de divina pureza para hacer salivar al oyente cuando los originales “Nashville skyline”, “Self portrait” y “New morning” (los discos que recorre “Another self portrait”) poseen suficientes virtudes. Sí, hasta en el defenestrado “Self portrait” encontramos muy buenos momentos.
Venga, vamos a volver a escucharlos y al que le apetezca que se haga con el nuevo volumen de las «bootleg series», pero toda esa época que ahora la prensa desea ensalzar como una de oscuras gemas fue una época ya escuchada a la que puedes volver cuando quieras sin necesidad de que nadie te la vuelva a vender. Y encima tal y como se escuchó en su día.
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Anterior entrega de Corriente alterna: Dieciocho ángeles y rock and roll.