«Dejemos de medir a la nueva esperanza con nombres mitológicos porque van a tener la partida perdida, como la tendrías tú si midieras esplendor con el dios Apolo»
Juanjo Ordás, a propósito de las recientes muertes de Peret y Gustavo Cerati, se plantea que la regeneración de la música pop mediante nuevas grandes figuras pasa por nosotros, por los aficionados.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Supongo que era muy difícil que Gustavo Cerati [en la foto] se recuperara, pero tras un largo tiempo en coma, su muerte finalmente se produjo esta semana. Y la de una figura básica para la música como era Peret la semana pasada. Era más fan de Cerati que de Peret, pero eso no podría importar menos, porque gustaran más o menos, no solo eran dos pesos pesados de la cultura moderna, eran parte de nuestro universo. Un universo que ve como año tras año se van marchando algunas de las estrellas que lo iluminaban, sumiéndolo poco a poco en una oscuridad mayor. No soy un entendido, pero tardará en volver a nacer alguien como Peret. Y tardará en nacer alguien como Cerati. E insisto, aunque no fuera un seguidor animal de ambos, soy muy consciente de lo que aportaban a la música popular, que no deja de ser la música de todos y en muchos casos una de las grandes alegrías de vivir.
Los herederos llegan con cuentagotas. Hay que tener fe en las generaciones venideras y en el futuro, no hay que ser pesimistas en absoluto porque hay músicos jóvenes con mucho que dar. Pero no llegan con la suficiente rapidez y por supuesto no pueden partir del cariño que Peret y Cerati tenían ganado. Quizá por ello somos los oyentes quienes tenemos que darles un poco más de confianza. La regeneración de la música pop mediante nuevas grandes figuras pasa por nosotros, porque dejemos de medir a la nueva esperanza con nombres mitológicos porque van a tener la partida perdida, como la tendrías tú si midieras esplendor con el dios Apolo. Hay que esforzarse en entender los nuevos mundos que los jóvenes quieren hacernos ver y entre todos conseguiremos que la música popular siga brillando con fuerza, y con ella la cultura, muchas veces casi tan importante como comer.
El dolor por la perdida de los grandes va a seguir ahí y su vació también (o parte, nos quedan sus canciones) pero seguro que ellos querrían que las nuevas estrellas mantuvieran el universo ecendido.
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Anterior entrega de Corriente alterna: Dick Wagner, un genio en la sombra.