Corriente alterna: Las cintas del sótano de Dylan

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«Estas grabaciones del sótano siempre me han parecido la banda sonora perfecta para el hogar, tanto para una reunión con amigos como para meterte ociosamente en la cama»

 

A esas maravillas que son las «Bootlegs series» de Bob Dylan, y particularmente a la última entrega (“The basement tapes”), dedica Juanjo Ordás esta semana su ‘Corriente alterna’.

 

 

Una sección de JUANJO ORDÁS.

 

 

Lo de las «Bootlegs series» de Dylan es una suerte para el buen aficionado. Que decidiera abrir sus archivos para vender viejas grabaciones es una bendición, porque él es una parte viva de la cultura y porque esas grabaciones no tienen precio. Ojalá Bowie y tantos otros hicieran lo mismo. La mitología de Dylan es tan amplia y sus etapas están tan bien delimitadas, que es fácil empezar a hacer cábalas sobre cuál será el contenido de la próxima edición de estas «Bootleg series». ¿Los acústicos de 1993 que finalmente fueron sustituidos por el «MTV Unplugged»?, ¿grabaciones en vivo de los años cristianos?, ¿las sesiones enteras de “Blonde on blonde”?

Entre todos los volúmenes editados, debo admitir que hasta ahora mi favorito ha sido el volumen 8, “Tell tale signs”, algo que va a seguir siendo así pero ahora tendrá que compartir lo alto del podio con el nuevo volumen 11, “The basement tapes”. Ya se sabe la historia, Dylan pasa una temporada en Woodstock con The Band —cuando aún no se habían rebautizado así— grabando canciones para ceder a otros artistas o por el puro placer de grabarlas. Tan es el desinterés que se registran de forma semiprofesional, tal es el interés que las canciones acaban por desbordar en número. Bolsillos apretados: tenéis la edición en doble cedé. Bolsillos holgados: tenéis la caja con seis discos. En cualquiera de las dos opciones vais a disfrutar. Se trata de material inédito y que cuando no lo es (en 1975 se editó el disco retocado e incompleto “The basement tapes”) se presenta en tomas distintas o respetuosamente tratadas. Un tesoro de la música popular.

En mi caso, estas grabaciones del sótano siempre me han parecido la banda sonora perfecta para el hogar, tanto para una reunión con amigos como para meterte ociosamente en la cama. Y es que su carácter doméstico es lo que tiene, que uno se acomoda a placer entre canción y canción y pasando el tiempo va pasando la vida.

Anterior entrega de Corriente alterna: El triunfo de Robert Plant.

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