“Para el sexo lo que importa es la atracción animal. Lo mismo ocurre con los discos, parece que los hay que piensan que la belleza está en el interior. ¿Una buena producción? No es necesaria, lo que importan son las canciones. Las canciones son buenas, ¿no? ¡La belleza está en el interior!”
Esta semana, Juanjo Ordás pone en duda ese popular dicho que invita a descubrir el valor de las cosas mirando solo dentro de su envoltura. En la vida, y en los discos.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Hay tantas frases hechas y pensamientos que se traducen en verdades que al final es bueno ejercer de Descartes y comenzar a pensar que nada es real para reconstruir la percepción de la realidad.
¿Quién se inventó lo de que la belleza está en el interior? Cierto es que para gustos los colores, pero ¿la belleza en el interior? No. A cada uno le atrae su pareja físicamente, el sexo precisamente consiste en eso y sí, el interior es importante para una convivencia, para un proyecto de vida, pero para el sexo lo que importa es la atracción animal. Lo mismo ocurre con los discos, parece que los hay que piensan que la belleza está en el interior. ¿Una buena producción? No es necesaria, lo que importan son las canciones. Las canciones son buenas, ¿no? ¡La belleza está en el interior! ¿Una bonita carpeta para el vinilo o una bonita portada para el cedé? ¿Para qué? Si la belleza está en el interior.
El final del disco físico es un hecho, a las nuevas generaciones les da igual, dentro de poco algunas no sabrán ni qué es eso. Quizá en algún momento habrá algún revival, pero será minoritario –como el del vinilo en la actualidad–. Y lo de que la belleza está en el interior se seguirá diciendo, aunque nadie se lo crea. Porque es mentira. Igual que eso de que el soporte físico no es parte de la obra. Que nadie se lo cree.
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Anterior entrega de Corriente alterna: El baile de los músicos.