“Es una sensación extraña, como visitar el país de las maravillas o la isla de los niños perdidos y no quererte quedar a vivir allí, pero siendo consciente de que se trata de un lugar maravilloso, único”
Juanjo Ordás reconoce haberse sorprendido –para bien– con el nuevo trabajo de Pigmy, nombre artístico del que fuera cantante de Carrots Vicente Macià “Willy”.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
¿Se puede catalogar un disco como obra de arte y que este no te guste? El otro día mi mujer me hizo escuchar “Hamsterdam”, segundo trabajo de Pigmy. No es el mundo de este músico uno que yo comprenda bien, pero el interés de mi pareja por él y la buena crítica que leí en Efe Eme picaron mi curiosidad. Y sigo pensando que la música de Pigmy no es para mí, pero “Hamsterdam” me parece una obra enorme para el que la palabra emocionante se queda corta.
Es una sensación extraña, como visitar el país de las maravillas o la isla de los niños perdidos y no quererte quedar a vivir allí, pero siendo consciente de que se trata de un lugar maravilloso, único. Eso es lo que es este disco que debería disfrutarse especialmente en vinilo, disfrutando del arte gráfico, de los textos que entre canción y canción orientan la escucha conceptual, del mimo con el que ha sido producido, porque la palabra artesanal se queda corta. Si la escucha se realiza así, de forma combinada, hay momentos de emoción desbordante, especialmente alguna reflexión poéticamente existencial tan hermosa como dolorosa.
Empezaba preguntándome si se puede catalogar un disco como obra de arte y que este no te guste. La respuesta es sí. Pero un sí rotundo, además, aunque creo que “Hamsterdam” me ha empezado a gustar. Para adquirir el disco, lo más práctico es ponerse en contacto con Daily Records y comprarlo por correo, son altamente efectivos.
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