«Entronca con la etapa madura del grupo y desde luego que define qué eran Faith No More y qué siguen siendo»
El retorno discográfico de Faith No More con un potente nuevo single lleva a Juanjo Ordás a rememorar una discografía por la que no pasa el tiempo.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
El regreso de Faith No More está siendo paulatino pero seguro. Lleva un tiempo girando ininterrumpidamente y muy pronto llegará su primer disco en dieciocho años, ni más ni menos. Se les ha echado mucho de menos y de cualquiera de las maneras. Su carrera se puede dividir grosso modo en dos épocas: la de juventud (atrevida y alocada) y la de madurez (sí, también atrevida y alocada pero con mayor aplomo). A mí las dos me parecen fundamentales y el cambio de una a otra es menos radical de lo que parece, de hecho es hasta fluido. Y lo mejor es que ambas han aguantado el paso del tiempo y todo lo que grabaron en los diez años que van de 1987 a 1997 es indispensable, aunque puestos a resumir, los recopilatorios “Who cares a lot?” y “The very best definitive ultimate greatest hits collection” eran bastante rigurosos a la hora de facilitar material al neófito.
Lo primero que los resucitados Faith No More han lanzado oficialmente es el single ‘Motherfucker’ y por supuesto entronca con la etapa madura del grupo y desde luego que define qué eran Faith No More y qué siguen siendo, con un sentido del humor ácido, negro y material para cantar con ganas. La portada, con ese fiero lobo, el explícito título y una letra cuyo estribillo saluda “hola, hijo de puta” tras pedir en la estrofa varias veces “pon al hijo de puta al teléfono” es Faith No More en estado puro. Bienvenidos de nuevo.
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Anterior entrega de Corriente alterna: Platero, para lo bueno y para lo malo.