«Como público, debemos exigir a nuestros músicos favoritos algo tan sencillo como que disfruten con su trabajo»
¿Trabajar con el equipo de siempre o buscar nuevos aires para tu música? Peliaguada pregunta que los músicos se hacen en ocasiones y que Juanjo Ordás responde.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Un autor debe cuidar de su arte. Contra viento, marea y contra cualquier obstáculo por mucho cariño que se le tenga a este. Son muchos los músicos que, por ejemplo, no se desprenden de colaboradores que, a todas luces, lastran su creatividad.
Este tipo de colaboradores son desde productores a músicos, cuando no las dos cosas, y siempre se anclan en un pasado fósil. No han seguido escuchando música, su jefe tampoco, en sus discos se escuchan teclados horteras, guitarras caducas. El público, dependiendo del nombre, respalda o no. Porque ya sabemos que el público masivo no entiende la figura del productor ni el diseño de sonido, pero el que pone nombre al disco sí. Y ahí sigue, con sus colaboradores de confianza, llevando a sus musas a los peores sastres.
También hay otros autores que se saben liberar de ataduras, que disuelven su banda si creen que ya no van a ningún lado juntos tras unos años productivos, los que dejan de lado el sobrenombre legendario para seguir grabando grandes obras bajo su propio nombre, los que dicen adiós a su productor de toda la vida para crecer junto a su arte. O mejor sería decir, para cuidarlo como se merece.
Como fans, como oyentes, como público, debemos exigir a nuestros músicos favoritos algo tan sencillo como que disfruten con su trabajo, que sigan siendo felices con él y que hagan caso a su corazón.