“No se parecía a nadie, no es otro Nacho Vegas, no es un nuevo Quique González, ¡bien! La personalidad al final es la mitad del porcentaje, ¿pero, y la otra mitad? Haced sonar ‘Muchacha rural’, ‘Si alguna vez mueres joven’ y ‘Una buena noche’ y me lo contáis”
Entre los muchos discos que caen en manos de Juanjo Ordás fue a parar el primer trabajo en solitario de este músico sevillano, embarcado en las dos últimas décadas en proyectos como Sick Buzos y Las Muñecas de la Calle Feria. Y parece que le sorprendió.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Chencho Fernández llega a ti como un fantasma. ¿Quién es este tipo? ¿Quién es este tal Chencho? Cuando me pasaron su disco de debut me encontraba en medio de una pequeña vorágine humana, vamos, que no era el mejor momento para empezar a leer el disco. Pero pasó algo. Miré la portada y me empecé a hacer cábalas sobre qué música haría este tipo de pose chulesca y fotografía punk. Inmediatamente volví a sumergirme en la caterva social, pero me guardé el disco y en mi mente le di prioridad. Pasaron un par de días y recordé que ahí estaba pendiente, tirado junto al traje en cuyo bolsillo vino, envuelto en él casi como un regalo. Y es que menudo regalo fue. Volví a mirar su portada, leí el título con interés por primera vez: “Dadá estuvo aquí”. Y tuve que remediar ese inmenso “what the fuck?” en que se estaba convirtiendo el tal Chencho.
Me serví mi café solo y pulsé el play. Y Chencho ni era chulo ni era punk, ni tenía nada que ver con el dadaísmo, mis cábalas no habían sido acertadas, pero me importaba poco haberme equivocado. Porque el tal Chencho ya no era el tal Chencho, ya era Chencho, estaba empezando a conocerle y… ¡guau, tenía talento! Para empezar, no se parecía a nadie, no es otro Nacho Vegas, no es un nuevo Quique González, ¡bien! La personalidad al final es la mitad del porcentaje, ¿pero y la otra mitad? Haced sonar ‘Muchacha rural’, ‘Si alguna vez mueres joven’ y ‘Una buena noche’ y me lo contáis. Rock de autor, música de parajes habitados a la luz del día y colinas desiertas a la luz de la noche. Algo mágico pasa con este disco, no os quepa la menor duda. Ahora lo que tenéis que hacer es mover el culo y haceros con él.
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Anterior entrega de Corriente alterna: El rock y la puerta de la liberación.