“¿Qué ha pasado con los clásicos de rock? ¿En qué momento han dejado de fabricarse? ¿Cuál fue el último?”
El rock español ya no genera éxitos, canciones populares que trasciendan a los seguidores de sus intérpretes y calen en la sociedad. Sobre ello nos habla Juanjo Ordás.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
¿Hasta qué punto es importante la popularidad? Porque todo el que hace algo creativo es para que los demás lo reciban. Desde el niño que le hace un dibujo a sus padres hasta el último libro de Michael Crichton pasando por el nuevo hit de Ricky Martin. Hay niveles, claro, una carrera no es más válida por haber tenido un éxito, pero los músicos verdaderamente populares son los que consiguen tener una canción por la que ser reconocidos. Y no es fácil. Es una tarea dura en la que influyen tantas variables que es imposible crear una fórmula. Pero tiene su mérito que ‘Corazón partío’ y ‘Living la vida loca’ sean temas que cualquiera conoce, incluso los oyentes de gustos más radicales. No se trata de que uno fracase como músico si no lo consigue o si ni siquiera lo busca, pero cuando espontaneidad y éxito coinciden se produce una alineación planetaria con un resultado delicioso. Claro, que ahí ya entramos en cuestiones subjetivas.
Es muy fácil pensar en músicos de rock español de calidad que han tenido éxitos masivamente populares, pero si nos fijamos, contar más de tres por cabeza es muy difícil. ¿Hemos dado con una ley matemática? Pensemos, tienen que ser canciones que pueda cantar hasta tu abuela. Loquillo tiene ‘Cadillac solitario’ y ‘El ritmo del garaje’, Bunbury cuenta con ‘Entre dos tierras’ y ‘Maldito duende’ como cantante de Héroes del Silencio y con ‘Infinito’ como solista, a Santiago Auserón hay que sumarle ‘Escuela de calor’ y ‘Veneno en la piel’ por parte de Radio Futura, Gabinete Caligari se lo hacen fácil con ‘Al calor del amor en un bar’, ‘Cuatro rosas’ y ‘La culpa fue del chachachá’. Más, ahí están Los Rodriguez con ‘Mucho mejor’, ‘Sin documentos’ y ‘La milonga del marinero y el capitán’, Calamaro con ‘Flaca’ y ‘Te quiero igual’. Pero de un tiempo a esta parte, el rock ha dejado de producir clásicos. Y digo rock para no tener que citar a El Canto del Loco, que son los que en los años previos a su disolución produjeron buena cantidad de clásicos dentro de su género y para su parroquia. Ahí dentro Coti también colocó alguno.
¿Pero qué ha pasado con los clásicos de rock? ¿En qué momento han dejado de fabricarse? ¿Cuál fue el último? Entonces, ¿el rock ha dejado de ser popular, no? La respuesta es no. Los clásicos se han seguido fabricando, pero la maquinaria ha dejado de funcionar como antes. La radio no los radia, un fenómeno que comienza a mediados de 2000 con el auge de las emisoras centradas en la emisión de viejos hits, modelo al que se adhieren todas las emisoras comerciales reduciendo no solo el espacio de novedades, sino de géneros. Pero estaban en su derecho de tratar de conseguir un «target» de audiencia mayor, que nadie lo dude. La pregunta es ¿cuándo dejó el oyente de querer escuchar nuevas canciones?
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