«Huele a calle, a melancolía y alegría, a tiempos que no volverán jamás. Fijaos si es especial que pone banda sonora a tu vida aunque jamás lo hayas escuchado. Alucinante, ¿verdad?»
Juanjo Ordás, en una selección personal, escoge «Buena suerte», de Los Rodríguez, como el “mejor debut en castellano de todos los tiempos”. Y explica sus razones.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
Hace tiempo dejé mi blog. Había que dedicarle demasiado tiempo y si uno desea mantener contacto con lectores, siempre está el socorrido Facebook, herramienta de mil y una dobleces pero que con ello cumple uno de sus pocos cometidos interesantes. Hace unos días me apeteció comenzar a colgar de tres en tres –o cuatro en cuatro– portadas de algunos de mis discos favoritos de todos los tiempos, así cada uno comenta qué le parece la selección, se hacen propuestas, se critican. Interesante, claro.
El otro día me levanté con la idea de seleccionar uno solo y colocarle el epígrafe “mejor debut en castellano de todos los tiempos”. Y había muchos candidatos, la verdad. Se me pasó por la cabeza el “Señora azul”, “Que dios reparta suerte”, “La ley del desierto / La ley del mar” (no, no cuento el puto “Música moderna”) pero finalmente escogí “Buena suerte”. Podría haber valido cualquiera, ciertamente, incluso tantos otros que también se me ocurrieron, pero el primer álbum de Los Rodríguez es enorme.
Siempre ha estado a la sombra de sus discos de éxito (“Sin documentos”, “Palabras más, palabras menos”) pero es tal la ilusión y la frescura de “Buena suerte” que no dudo en situarlo por encima de esos dos, por muy geniales que también sean. Y es que hay tanta emoción entre sus canciones… Ahí están, cinco músicos probando suerte (¡Guillero Martín al bajo! ¡La hostia!), viendo si su unión lleva a algún lado, si el público entiende su propuesta.
“Buena suerte” huele a calle, a melancolía y alegría, a tiempos que no volverán jamás. Fijaos si es especial que pone banda sonora a tu vida aunque jamás lo hayas escuchado. Alucinante, ¿verdad? Vamos, neófito, pégale una escucha y dime si Calamaro y Rot no te conocían bien.
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