«Una canción tan vitamínica en su power pop sonoro, como jodidamente realista y veraz en su sentido conceptual»
Así presentó Love of Lesbian ante la prensa “Contradicción”, su nuevo single —junto a Rigoberta Bandini— que ve la luz de manera oficial hoy mismo y que avanza el nuevo disco que tienen entre manos, Ejército de salvación. Un encuentro teatralizado cargado de magia y sugestión, a ritmo de power pop y verdades como puños. Allí estuvo Sara Morales.
Texto y fotos: SARA MORALES.
«Sed bienvenidos y bienvenidas. Y ahora respiremos hondo porque esto acaba de empezar. Tenemos las ganas. Tenemos la fe. Tenemos la piel y la fuerza del abrazo. Tenemos el resto de nuestra vida por delante». Así nos invocaron Love of Lesbian que, ayer, 25 de abril, vinieron a Madrid a presentar su nuevo single ante un reducido grupo de afortunados que tuvimos la oportunidad de ponerle sonido, rostro y alma. Menuda alma conmovedora la suya, la de “Contradicción”, el primer adelanto del nuevo disco que tienen entre manos, que no tardará demasiado en llegar y que se prevé uno de los más imponentes trabajos en los veinticinco años de carrera de los catalanes. Sí, lo auguro. Me atrevo a decirlo.
Warner, la discográfica que acompaña al grupo desde hace tiempo, dispuso las instalaciones de su rincón en The Music Station para la aventura que íbamos a vivir. La imaginación, el ingenio y la originalidad iban a despuntar en una velada que se saldó con emociones y sobrecogimiento ante lo fascinante del enigma y el factor sorpresa. Una especie de obra teatral y visual se abría paso ante nosotros, dividida en actos que fuimos presenciando a medida que avanzábamos por las diferentes salas dispuestas para el encuentro con Love of Lesbian y su “Contradicción” que, os diré, también es la nuestra.
«Él dijo: “Y tú… ¿de qué te crees capaz?”. “De la contradicción”, contestó ella»
En la primera estancia, una televisión retro, un botiquín de emergencia, una lavadora derramando espuma de algodón y diferentes pantallas nos señalaban que, sin ninguna duda, nos encontrábamos ante un momento especial. Único. Ahí pudimos escuchar los primeros acordes instrumentales de la canción que habíamos ido a conocer. Tan solo unos minutos después, nos dirigieron a una segunda habitación. En ella, un chico y una chica nos esperaban sentados en el sofá de lo que, presumiblemente, podría ser cualquiera de nuestras casas. Él dijo: “Y tú… ¿de qué te crees capaz?”. “De la contradicción”, contestó ella. Y volvieron a sonar unos cuantos acordes, al tiempo que él se descoyuntaba en el sofá y ella danzaba poseída por la música sin letra, alrededor del mismo.
Llegamos por fin a la tercera y última sala. Bajo el pequeño escenario que encontramos, habitaba un enorme círculo formado por sillas en las que tuvimos que sentarnos los invitados. Una vez todos colocados, la pareja del sofá, él y ella, los de antes, se adentraron en el círculo que simulaba un ritual y se marcaron un baile tan marciano como sugerente, al ritmo —cómo no— de “Contradicción”. Una canción que ya nos había ido dando demasiadas pistas de lo que habíamos ido a hacer allí todos, pero que de repente se desnudó completa ante nosotros con la proyección del videoclip y la presencia de la banda.
Transición a la luz
Casi todo el tiempo de este viaje habíamos estado a oscuras, pero una luz se levantó cuando Santi Balmes, Julián Saldarriaga y Oriol Bonet aparecieron sobre las tablas para describirnos, en sus propias palabras y sensaciones, el sentido de este single. «Una canción con menos guitarras, más luminosa, más inmediata…», decían los tres, cada uno desde su forma de expresión. «Infalible, directa a la psique», pensamos los demás.
«Un auténtico y fulminante alegato a la amistad. Un canto a la autocomprensión. Eso va a ser, en parte, Ejército de salvación»
Un tema que habla de la dualidad que habita en cada uno de nosotros, de querer y no poder, de saber que no y hacer que sí, de lanzarse y recular, de entregarse y arrepentirse. O no. O todo lo contrario a esto mismo. Esos somos nosotros, eso es “Contradicción”. Tan vitamínica en su power pop sonoro, como jodidamente realista y veraz en su sentido conceptual. El blanco y el negro en una constante vital que machaca pero que, en ocasiones, también hace reír.
Rigoberta Bandini acompaña a Love of Lesbian en esta canción, una colaboración que toma volumen con su voz y dinamita el carácter de la banda a registros extrañamente dulces y contradictoriamente dramáticos. En eso consiste el juego. Justo en eso. Y así, comprendimos por qué el nuevo disco que nos espera ha sido bautizado como Ejército de salvación. Porque si en mitad de nuestra experiencia existencial, con sus momentos de felicidad álgida y sus momentos oscuros, no contáramos con ese comando de personas que nos amparan y hacen de red, no sabemos cómo sobreviviríamos a lo de ahí fuera y, lo que es peor, a nosotros mismos en todos esos roles que nos toca desempeñar. Un auténtico y fulminante alegato a la amistad. Un canto a la autocomprensión. Eso va a ser, en parte, Ejército de salvación, el próximo disco de Love of Lesbian, una mirada a la guías de autoayuda para acabar comprendiendo que la fuerza reside en nosotros y en aquellos a los que hemos elegido que nos acompañen por el camino para hacer trinchera. Ahora entiendo las tiritas del kit de supervivencia que nos regalaron a la entrada, antes de emprender este viaje.