CINE
“‘Colossal’ no es perfecta, pero sí que es tremendamente inteligente y fascinante”
“Colossal”
Nacho Vigalondo, 2016
En una industria audiovisual cada vez más unificada, en la que a pesar de la exponencial multiplicación de productos y mensajes la procedencia de los mismos se ve limitada a los grandes grupos de comunicación, resulta cada vez más difícil encontrar series de televisión o películas que nos sorprendan. Porque sorprender no es saturar la trama de incomprensibles giros de guion ni llenar la pantalla de efectos especiales. Sorprender es encontrar diferentes maneras de contar, es jugar con las convenciones genéricas para subvertirlas y ofrecernos nuevos temas para reflexionar (o retomar viejos temas bajo una nueva óptica).
“Colossal” hace todo esto, y mucho más. Divertida, original e ingeniosa, la película nos presenta a un monstruo que ya no es, como han sido siempre las grandes bestias fílmicas, el símbolo de una angustia colectiva, sino una representación directa de los conflictos internos de su protagonista (que no son pocos), Gloria (Anne Hathaway).
Sin embargo, y a pesar de que su campaña de marketing pueda parecer la de una comedia, la película de Nacho Vigalondo enseguida decide saltarse cualquier tipo de expectativas que el espectador pueda tener para irse oscureciendo poco a poco, pasando por la fantasía e incluso el thriller psicológico. Porque, aunque la cuestión más obvia de la que el monstruo es alegoría es sin duda el consumo de sustancias tóxicas por parte de la protagonista, el alcohol no es el único veneno contra el que se ha de enfrentar Gloria. La relación que se establece con el que sería “el chico perfecto” de cualquier rom-com (interpretado por Jason Sudeikis) se construye sobre abusivas mecánicas de poder, representando así lo perturbador de ciertas actitudes extremas aprobadas y justificadas por muchas de las películas que, todavía hoy, triunfan en nuestras salas.
“Colossal” no es perfecta, pero sí que es tremendamente inteligente y fascinante. Y no es solo su protagonista lo que nos atrapa, es su capacidad para asombrar sin recurrir a excesos formales o narrativos, lo perspicaz de sus ideas y reflexiones, su subversión de toda convención que se le pone por delante. Sin embargo, no podemos dejar de apreciar a cómo el film presenta y desarrolla a Gloria. Gloria es imperfecta y tiene problemas (que además no quedan resueltos con el cierre del filme), pero no es una damisela en apuros ni necesita que su exigente novio o su inseguro amigo de infancia aparezcan en caballo blanco a salvarle la vida: si bien Gloria no es una superheroína, tiene mucha más agencia que la mayoría de protagonistas fílmicas. Porque quizás no nos hacía tanta falta “Wonder Woman” (Patty Jenkins, 2017) y en realidad lo que siempre habíamos necesitado era a Gloria.
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Anterior crítica de cine: “Wonder Woman”, de Patty Jenkins.
https://www.efeeme.com/wonder-woman-de-patty-jenkins/