Cine: “Tomorrowland”, de Brad Bird

Autor:

Su idealismo viene enmarcado por una película de aventuras fresca y amena que remite a la entrañabilidad de la animación de Pixar o el cine de Spielberg, consiguiendo algunos momentos dignos de esos clásicos que encantan a los más pequeños y sacan al niño que todo adulto lleva dentro”

tomorrowland-28-05-15

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Tomorrowland”
Brad Bird (2015)

 

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

“Tomorrowland” se basa en las ideas utópicas y fantasiosas que tenía el propio Walt Disney sobre “la ciudad del futuro” en los años 60, pero trata precisamente sobre la desilusión y fracaso de dichos proyectos. Aunque hoy consideremos ese momento de auge del “american way of life” como una época sobreidealizada, la película propone con muy buena intención la necesidad de abandonar el cinismo y revitalizar este espíritu creador. Así, George Clooney coprotagoniza un film acorde con su fidelidad a causas humanitarias, acompañado por Hugh Laurie, una muy anodina Britt Robertson y la joven, excelente y encantadora Raffey Cassidy, cuyo retrato de la misteriosa “reclutadora” Athena es uno de los puntos fuertes de la producción.

La idea, en el fondo, no es original: el mundo se va al garete y la humanidad, aunque lo sabe, no intenta solucionarlo. De ahí que la película abogue por la necesidad de soñar, pero también de actuar y no rendirse. En momentos complicados como el actual, en el que para colmo no resulta difícil encontrar “activistas de sofá” y todo el mundo persigue exclusivamente su interés personal, resulta refrescante encontrar un filme comercial con una serie valores positivos que no refuerzan (o al menos no tanto) el status quo. Si esta “absorción” por parte del entretenimiento de los discursos alternativos disminuye o no la efectividad de los mensajes que promueven la acción y el cambio es otra cuestión. Porque en el fondo “Tomorrowland” no es otra cosa que un “blockbuster”: su idealismo viene enmarcado por una película de aventuras fresca y amena que remite a la entrañabilidad de la animación de Pixar o el cine de Spielberg, consiguiendo algunos momentos dignos de esos clásicos que encantan a los más pequeños y sacan al niño que todo adulto lleva dentro. Sin embargo, con la intención de mantener la excitación y atención del espectador, “Tomorrowland” sigue un modelo fílmico (llamémoslo “Michael Bay”) basado en intentar generar un clímax continuo. Esto en ocasiones juega a su favor haciéndola divertida y apasionante, pero va en detrimento de una construcción adecuada de la historia, que se presenta desordenada y confusa, siendo incapaz de desarrollar algunos de los interesantes recursos narrativos que plantea al inicio (como el supuesto relato a posteriori que hacen los protagonistas y que anunciaría una inexistente estructura no lineal).

Podría pensarse que “Tomorrowland” sugiere una difusa utopía a perseguir: para ponerse en marcha hace falta un objetivo, mantener la vista al frente lo más lejos posible y sobre todo dejar de mirarse el ombligo. Y aun así parece muy difícil alejar la sensación de que tal vez consiga solamente entretener.

Anterior crítica de cine: “Lazos de sangre”, de Guillaume Conet

Artículos relacionados