“Presenta una superficial capa de seductoras conversaciones que esconde en realidad unas caracterizaciones anticuadas y sexistas que repiten una vez más los peores estereotipos sobre las relaciones humanas”
“Sleeping with other people”
Leslye Headland, 2015
Texto: ELISA HERNÁNDEZ.
Por qué siguen existiendo filmes que se auto-definen como comedias románticas, dado lo denostado y agotado del subgénero, es probablemente uno de los grandes misterios del cine contemporáneo. A estas alturas existen tal cantidad de lugares comunes que resulta casi imposible realizar una “rom-com” que sea recibida por el espectador como fresca u original.
“Sleeping with other people” lo intenta. El filme se apoya sobre todo en un guión excelente que se construye a partir de diálogos rápidos. Las respuestas audaces, los chistes inteligentes y los comentarios ingeniosos se suceden en las divertidas conversaciones que todos los personajes mantienen, haciendo que las escenas sustentadas en la palabra funcionen mucho mejor que aquellos momentos en que el film intenta ser una comedia situacional o slapstick. A la fiesta de cumpleaños infantil nos referimos.
Todo esto por supuesto no funcionaría sin la naturalidad y franqueza que demuestran sus protagonistas. Alison Brie (“Community”) y Jason Sudeikis (“SNL”, “Cómo acabar con tu jefe”) resultan interesantes, entrañables y encantadores hasta el punto que consiguen que sus respectivos personajes (que en realidad son bastante excesivos y en manos de otros intérpretes menos hábiles podrían ser cargantes e irritantes) cobren vida de manera sincera y sean primero reconocibles y luego aceptados y apreciados por el espectador.
Y, sin embargo, no puede uno dejar de pensar que quizás esta espontaneidad que destilan los intérpretes y sus respectivas actuaciones no haga sino naturalizar una serie de comportamientos demasiado enraizados en los tradicionales roles de género. Así, “Sleeping with other people” presenta una superficial capa de seductoras conversaciones que esconde en realidad unas caracterizaciones anticuadas y sexistas que repiten una vez más los peores estereotipos sobre las relaciones humanas. Él es un mujeriego incapaz de comprometerse y ella (que sale mucho peor parada) es una persona insegura enamorada del amor que busca la afirmación personal en sentirse deseada y querida por alguien, llegando a estar a punto de sufrir ataques de pánico.
Igualmente, la propia estructura narrativa de la película no es sino una repetición de los esquemas de cualquier otra comedia romántica y la redención final que tienen ambos (juntos) no es sino una reiteración de un modelo que perpetúa el statu quo. Por mucho que intente ocultarlo con diálogos perspicaces y agudos pronunciados por excelentes actores, todo esto resulta lo suficientemente evidente (y en cierta manera molesto) como para que “Sleeping with other people” funcione sólo como la copia de una copia de una copia.
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