Cine: «Colosio: el asesinato», de Carlos Bolado

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«Renuncia a la cinematografía para complicarse con el telefilme. Tiene aciertos, no sabemos si buscados o no»

colosio-27-07-13

«Colosio: El asesinato»
(Carlos Bolado, 2012)

 

 

Texto: CÉSAR USTARROZ.

 

 

Con los magnicidios no hay teoría de la conspiración que sostenga la iniciativa individual. El 23 de marzo de 1994, en el transcurso de un mitin político, bañado por las masas, rodeado de los medios y protegido por eficaces equipos de seguridad, es asesinado Luis Donaldo Colosio, candidato a la presidencia de México por el Partido Republicano Institucional (P.R.I.). Tras descerrajar dos certeros tiros a media vara de distancia, Mario Aburto Martínez resulta detenido. Avanza la democracia, y tan imposible resulta reconocer la derrota en los comicios como ocultar al mensajero que lleva la bala. Con los días, solo queda vivo un segundo Mario Aburto, con palmarios rasgos físicos que le diferencian del primero. Sin más rodeos, en Lomas Taurinas se reescribe el tropo mexicano con el que se expresa la violenta crónica visual del siglo XX.

“Colosio: el asesinato”, renuncia a la cinematografía para complicarse con el telefilme. Tiene aciertos, no sabemos si buscados o no, pero no los vamos a negar cuando sondea la imagen televisiva en la búsqueda de respuestas, o cuando posa la mirada en cercanos primeros planos de bocas y manos de una miríada de “personajillos” que pueblan el ecosistema político. Sin embargo los narcos están muy monos, con sus ajuares y relucientes colganderos (por favor no nos partan la madre).

Pero no nos engañemos, el lenguaje simiesco del telefilme nos atribuye una cualidad con la que nos podemos sentir ofendidos. Además de repetirse y reiterarse, “Colosio: el asesinato” señala las respuestas sin dejar espacio para sacar nuestras propias conclusiones. Necesitaremos un babero para tragarnos una exposición de los hechos tan aplanada como papilla de potito.

En fin, valiente propuesta por remover sin perder la esperanza. Nos quedamos con eso.

Os diremos una cosa que también saben los distribuidores. Se acerca agosto, y mejor fuera que dentro.

Anterior entrega de cine: “Llévame a la luna”, de Pascal Chaumeil.

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