Cine: “Bernie”, de Richard Linklater

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Combina el documental con la reconstrucción ficcional, lo que, inesperadamente, da como resultado una comedia negra con una excentricidad y exageración muy similar a la que reconoceríamos en algunos filmes de los hermanos Coen”

 

 

“Bernie”
Richard Linklater, 2011

 

 

Texto: ELISA HERNÁNDEZ.

 

 

“Bernie”, de Richard Linklater, es el filme previo al rodaje de la tercera parte de la historia de Jesse y Celine, “Antes del anochecer” (2013), que, sin embargo, llega a nuestro país incluso después de su siguiente (entre comillas) película, el precioso resultado de un rodaje casi épico que es “Boyhood” (2015).

Basada en hechos reales ocurridos en Carthage, una pequeña ciudad de Texas, a mediados de los años 90, “Bernie” combina el documental con la reconstrucción ficcional de lo sucedido, lo que, inesperadamente, da como resultado una comedia negra con una excentricidad y exageración muy similar a la que reconoceríamos en algunos filmes de los hermanos Coen. Pero a diferencia de la proclama inicial de “Fargo” (Joel Coen, 1996), el caso narrado aquí sí está tomado directamente de la realidad, confirmando una vez más que ésta a veces es capaz de superar con creces la capacidad imaginativa y creativa de cualquier guionista. Y es que, si no se insistiera en la base real de la película, la historia del extrañamente amable empleado de funeraria Bernie Tiede (interpretado con gran acierto por Jack Black) y su relación con la egoísta y posesiva viuda Marge Nugent (Shirley MacLaine) no superaría ningún estándar de credibilidad.

La implicación de Richard Linklater en el suceso va más allá de la de ser su mero cronista y el realizador tiene claro desde el principio cuál es su postura frente al caso (y la defiende hasta sus últimas consecuencias): no es simplemente la historia de estos dos personajes, sino de todo el pueblo. La enorme cantidad de comentarios y entrevistas guionizados que acompañan a los hechos recrean el ambiente de la pequeña ciudad, la enorme relevancia del cotilleo en su día a día, cómo todos los vecinos se conocen, lo mucho que les gusta hablar, la relación que tienen con los protagonistas y, sobre todo, su percepción de los mismos. La inclusión de algunos vecinos de Carthage entre los actores diluye cualquier límite entre lo ocurrido y su reconstrucción ficcional, emborronando e imposibilitando cualquier definición del film en un género concreto.

Por todo esto, “Bernie” es una de esas películas de las que es mejor no saber nada antes de verla, de manera que uno pueda verse inmerso en lo mostrado en pantalla sin ningún tipo de prejuicio previo. Linklater consigue integrar a la perfección al espectador en su Texas natal, ofreciéndonos un retrato cariñoso y entrañable aunque a la vez excéntrico y sorprendente de una de esas esperpénticas “anécdotas” locales que nos recuerdan que el mundo es un lugar mucho más extraño de lo que pensamos.

 

 

Anterior crítica de cine: “Ted 2”, de Seth MacFarlane.

 

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