Ojeador del mercado más allá de los discos más vendidos, César Prieto nos propone cinco trabajos interesantes, en su mayoría epés actuales y alguna reedición curiosa, como la de uno de los grupos de Sergio Algora, Cangrejus.
Selección y texto: CÉSAR PRIETO.
Los Marcianos
Nuevo orden cósmico
CLIFFORD RECORDS, 2018
En las cinco canciones de este 10” se ha colado una optimista: “Frágil-valiente”, la única que ve la vida de cara. “Tú no te derrumbes” es el mensaje que llevan unas guitarras de caminos matemáticos y densos. El resto, proclamas contra el amor y sus fracasos que comparten con “Frágil-valiente” esas guitarras constantes y melódicas, entre el power pop y el noise. El grupo de Vigo consigue un disco más oscuro que su anterior trabajo, pero lleno de melodías dulces y de estribillos chispeantes. Y sobre todo con letras que en ocasiones están muy por encima de la media. “12 AM”, por ejemplo, es una delicia en su abordaje de fracasos amorosos, con imágenes bien encajadas y expresivas, nada más sencillo.
Los Turistas
Casi tocamos el cielo
CLIFFORD RECORDS, 2018
En la misma estela de minielepé y en el mismo sello aparece esta primera referencia guiada por un histórico: el malagueño Juampa Claros, quien guió a los noventeros Fila India. De ellos conserva esas guitarras coloristas que van entrando con riffs deslumbrantes, como en “Fue triste”, o se cubren entre sí en “Invencible”, de mayor desarrollo, o en “Especiales”, en que los sintetizadores crean un colchón para una melodía demorada. También aparece una parte veraniega con “Chica surfera” y sobre todo con “Casi tocamos el cielo”, llena de ilusión juvenil y de estribillo adictivo. Solo seis canciones y dos caminos: o pop directo o cocción lenta con visajes cuidados. El punto justo entre Lori Meyers y Airbag.
Primitivos
La caza
HANKY PANKY RECORDS, 2018
En este caso, aún menos canciones en este 7”, pero de una enjundia histórica impresionante. Allá por los primeros 80, la escena punk rock de Bilbao estaba en ebullición. MCD o las conocidas —por otros factores— Las Vulpess. Entre ellos estaban Primitivos, que no llegaron a grabar nada como tales, aunque sí después, formando parte varios de sus componentes de Los Raros o Cancer Moon. Su primera maqueta, poco más que un ensayo, aparece aquí plastificada, y da muestra de su sonido crudo pero magnético, inquietante. Vemos en “No quiero pensar nunca más en ti” el germen de lo que fue el garaje de finales de los 80, en “Primitivo” una bonita historia del pop en las cavernas y sobre todo en la que da título al epé, aire truculento y siniestro a lo Parálisis Permanente. Por si fuera poco, se acompaña de un fanzine perfectamente editado que resulta un revelador documento con fotos y reportajes sobre aquellos años.
Cangrejus
La elegancia entra en su casa
MADMUA RECORDS, 2018
Otro 10” como impresionante documento histórico. Allá por mediados de los noventa, cuando El Niño Gusano estaba editando su primer elepé, Sergio Algora llevaba también un grupo paralelo: Cangrejus. Su creatividad se desbordaba y necesitaba arrancarse esas canciones variadas y non sense fuera de la banda madre. Sus canciones, grabadas en varias sesiones en un ocho pistas, sin cortapisas ni objetivos, han sido recuperadas por Madmua Records. Se aprecia en ellas la suprema variedad de que hacía gala, a veces más atenta a estructuras clásicas del pop cuando bebía del folk como en “Erizos”, con una letra que saca de quicio al amor convencional. También “Buen festín” tiene hechuras de vals deliberadamente retro, entre las películas de los años 50 y The Residents. Hay también honduras psicodélicas cercanas a los primeros Pink Floyd en “Suzuqui y Cuin”, que se convierte en aires hindúes y aroma de sitar en “Canción de chica con corona”. Pero todo, a pesar de que se vista con la locura más desmelenada como en “Ciruelas” o “Carrillón” —un rock desatado—, no es sino una manera de esconder la inmensa ternura que siempre latía en las letras de Sergio Algora. Escuchen “Hormigas” —un mero esbozo de canción, como otras aquí— de minuto y pico, y no me digan que no es la canción que dispone de un corazón más cálido que han escuchado en tiempo.
Shadow Girls
Glorious flowers EP
JABALINA, 2018
Otros dos históricos, pero en este caso rabiosamente activos son Jaime Cristóbal de Souvenir y Charlie Mysterio de Los Caramelos, ambos con bastantes más aventuras musicales. Ambos también con un concepto de la música en el que prima la elegancia y el buen gusto, así que se han juntado para dar forma a ese pop de alma acústica, lleno de orfebrería en los detalles y de erudición en los sonidos, que no pedantería. Con este bagaje montan dos preciosidades propias: “My dying flowers”, un valsecito de voz grave, casi una nana, y “Flowers for my sweetheart”, que parece tocada en un porche de Nashville en aquellos días en que las amapolas rompen. También country mezclado con un aire hawaiano es una de las versiones, “I fought the law”, que han cantado desde Bobby Fuller hasta The Clash y que ellos vuelven acústica, con sus steel y su belleza serena y calmada. Pero la maravilla de este siete pulgadas es “Bachelor kisses” de The Go-Betweens. Ahí lo dan todo. La voz se recrea en cada palabra, los arreglos de guitarra se trenzan… Un sueño mirando las estrellas, la melancolía diluida en notas.
