The Clissold Arms, el pub del barrio londinense donde los Kinks dieron su primer concierto en 1963, va a ser cerrado por su nueva dueña para convertirlo en un “restaurante pijo”, en palabras de Dave Davies. Además, desaparecerá la Kinks Corner, un altarcillo repleto de memorabilia del grupo inglés, lugar de adoración para fans de todo el mundo. Los hermanos Davies se han puesto manos a la obra para salvar el pub: Ray ha mandado una carta a la nueva propietaria pidiendo que conserven los recuerdos de su grupo, a lo que ésta se ha negado (“el nuevo pub no será un sitio en el que esperas encontrar ese tipo de cosas”). Mientras, Dave, su hermano pequeño, se preguntaba: “¿Porqué no pueden tener su restaurante pijo y dejar una parte para disfrute de turistas, fans de los Kinks y curiosos? Si se tratara de The Cavern y los Beatles estoy seguro de que el parlamento, los Lores y hasta la Reina hubieran intervenido”.
Se ha organizado incluso una recogida digital de firmas para evitar la desaparición de los objetos de los Kinks (vinilos firmados, fotografías)…