Charly García (Carlos Alberto García Moreno, de 56 años) sigue ingresado en una clínica de Mendoza, donde hace dos días protagonizó un episodio violento en el hotel donde se alojaba. El rockero continua en la unidad de cuidados intensivos, sedado. Los médicos aclararon que ingresó con una «intoxicación severa» como consecuencia de una ingesta de alcohol, ansiolíticos y estupefacientes. En las últimas horas, además, «está recibiendo tratamiento antibiótico para cubrir una probable infección respiratoria (neumonía)». También se aseguró que podría permanecer, según evoluciones, en cuidados intensivos entre cuatro y quince días.
Los músicos que le acompañaban en la visita a Mendoza, donde durante el fin de semana tenía que ofrecer dos conciertos, han regresado a Chile (algunos de los integrantes de la actual banda de García son chilenos) y Buenos Aires. Mientras, Charly García permanece solo en la clínica, sin ningún amigo o familiar que lo acompañe. Aunque, en las últimas horas, sus familiares más próximos han declarado que van a intentar trasladarlo a un hospital de Buenos Aires en cuanto sea posible. Su único hijo, el también músico Migue García, pidió «discreción» y que «se trate con mucho cuidado a mi padre». Es público que padre e hijo dejaron de tratarse hace meses, cuando protagonizaron un violento enfrentamiento –se supone que debido a que Charly, en quiebra económica desde hace un tiempo, pretendía vender el apartamento de Migue– que terminó con el hijo atendido en un hospital.
Ayer, únicamente tres jóvenes se sentaron en la puerta del hospital con una pancarta de apoyo, imagen que contrasta con las que todos recordamos de anteriores ingresos hospitalarios de otros ídolos argentinos. Pero es que la estrella de Charly García hace tiempo que se fue apagando.
Por otro lado, se han ido aclarando los acontecimientos que condujeron a su crisis nerviosa: Todo comenzó, en el hotel en el que se alojaba, a eso de las 5:15 del lunes, cuando Charly, que había pasado la noche con dos mujeres, comenzó a gritar «¡yo soy Charly García, tráiganme whisky y Rivotril!», y se enzarzó en una discusión con el técnico de monitores de su equipo. Tras ello, comenzó a destrozar su habitación y tuvo que intervenir la policía y un equipo médico para calmarlo, momento en el que le sobrevino una crisis nerviosa.