DISCOS
“Refleja la evolución de un artista inimitable, el camino recorrido desde sus primeros días en los clubes de New Jersey hasta la conquista del planeta en grandes escenarios”
Bruce Springsteen
“Chapter and verse”
SONY
Texto: ÓSCAR GARCÍA BLESA.
“Born to run”, la autobiografía de Bruce Springsteen que llegará a las librerías en septiembre, cuenta con un complemento sonoro excepcional. “Chapter and verse” es el nuevo álbum del jefe. Aunque no se trate de material reciente, funciona como máquina del tiempo y esconde material inédito, un documento para conocer de primera mano los orígenes y evolución de una carrera musical extraordinaria.
El álbum incluye 18 canciones que recorren casi al completo su carrera. Aparecen temas icónicos como ‘Born to run’, ‘Badlands’, ‘The river’ o ‘Born in the USA’, aunque la gran noticia para los fans son los cinco temas inéditos grabados entre 1966 y 1972, todos ellos anteriores a la publicación de su debut (“Greetings from Ausbury Park”) y que otorgan carácter de acontecimiento la publicación de este disco.
El álbum arranca con dos canciones de su primigenia banda The Castiles fechadas en 1966 y nunca antes publicadas, ‘Baby I’ coescrita con George Theiss y la versión del ‘You can’t judge a book by the cover’ de Willie Dixon y que en su día popularizara Bo Diddley, dos piezas breves en directo de un casi irreconocible Springsteen, un joven adolescente flirteando con rock and roll grasiento de garaje a la voz y guitarra. Cualquiera que escuchara esas canciones en su momento poco imaginaba que Springsteen un día sería la estrella Rock más grande del planeta.
El resto de material inédito lo completan ‘He’s guilty (the judge song)’ junto a Steel Mill, otro de sus primeros grupos con Vini Lopez, Danny Federici y Steven Van Zandt, la folky ‘Ballad of Jesse James’ de The Bruce Springsteen Band (banda precursora de la E Street band) y la grabación en estudio del tema casi desnudo ‘Henry boy’, canción con reminiscencias a lo que posteriormente profundizaría en su segundo disco “The wild, the innocence and the E street shuffle” (por tiempo y estructura parece una versión anterior de ‘Rosalita’). Hay en estas canciones imaginación y las primeras señales de una inagotable ambición artística; salvaje pero entrañablemente divertido. Los amantes del primer Springsteen en los 70 disfrutará de lo lindo con estos tesoros perdidos.
La estructura de estas primeras canciones ya tiene forma de un Springsteen reconocible. Las melodías se vuelven más complejas y la manera de contar historias ya no imitan a sus predecesores. Aquí huele al Bruce que con el paso de los años forjará sus señas de identidad, especialmente palpables en la guitarra de ‘He’s guilty’ donde la base del órgano de Danny Federici insufla el carácter enérgico tan característico en sus conciertos durante las siguientes cuatro décadas.
Todo el material seleccionado en esta compilación refleja la evolución de un artista inimitable, el camino recorrido desde sus primeros días en los clubes de New Jersey hasta la conquista del planeta en grandes escenarios. Las canciones, escogidas una a una por el propio Springsteen, viajan desde la demo de su clásico de culto “Growin’ up” de 1972 a “Wrecking ball” en 2012. En el trayecto Springsteen no obvia piezas indispensables de su repertorio. “Chapter and verse” hace parada en “Born to run” (1975), “Badlands” (1977), “The River” (1980) o “Born in the USA” (1984), pero la selección no siempre es evidente y regala visitas menos transitadas a “My father’s house” (1982), “Living proof” (1992) o “The ghost of Tom Joad” (1995).
Concebido como acompañamiento a la autobiografía “reflejando de manera selectiva los temas que Springsteen aborda en el libro”, este trabajo también funciona como instrumento independiente. Es verdad que los fans de toda la vida no necesitaran este disco para “comprender” el libro, pero escuchar en un mismo álbum “Born to run” (indiscutiblemente uno de los himnos rock del siglo XX) y la arrebatada interpretación en directo de un muchacho de 16 años armado solo con las ganas e ilusión de comerse el mundo seduce como la idea de revivir lo que sentiste la primera vez que escuchaste una obra maestra. ¡Ojalá nunca hubiese escuchado “Born to run” y mañana fuera mi primera vez! Ese debería ser el único objetivo de este estupendo “Chapter and verse”.
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Anterior crítica de discos: Dolls of highland”, de Kyle Craft.