“Cena recalentada”, de Iván Ferreiro

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DISCOS

‘Cena recalentada’ atesora la esencia de esas canciones ya clásicas del pop español y las adapta a la actualidad”

 

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Iván Ferreiro
“Cena recalentada”
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Texto: XAVIER VALIÑO.

 

Aunque no es una rara avis en el mundo del pop, son escasas las recreaciones a cargo de un artista de un álbum entero de otro. Sin embargo (y aún a riesgo de equivocarnos), no recordamos ningún otro caso en el que un grupo o solista español haya recreado la obra entera de un colega. Eso es justo lo que hace Iván Ferreiro en su nuevo álbum, “Cena recalentada”, trayendo a la actualidad la obra del influyente grupo Golpes Bajos, quienes tuvieron una breve carrera (tres cortos discos en escasos tres años) y se separaron en el pico más alto de su creatividad.

Debemos entender este trabajo como un verdadera ‘obra de amor’, un homenaje de alguien (Iván Ferreiro) que siempre ha manifestado en público y en privado que Golpes Bajos era uno de sus grupos favoritos, aquel que le demostró que se podían hacer desde Vigo, desde la lejana esquina atlántica de la Península, unas canciones que fueran propias y, también, de todos.

El origen más directo de este disco tiene que ver con el concierto que ofreció Ferreiro en el Festival Portamérica en el verano de 2014, tocando el repertorio íntegro de Golpes Bajos aunque en orden inverso a como habían sido publicadas las canciones. Lo preparó junto a Pablo Novoa, guitarrista y teclista en su día de Golpes Bajos y fiel escudero suyo desde hace una década, y en la actuación contó también con el bajista original del grupo, Luis García, además de Martiño Villariño (quien se hace llamar Marta Toro) y su hermano Amaro Ferreiro.

Los mismos músicos son los que ahora participan en “Cena recalentada”, a los que se suman Fiz Novoa (hijo de Pablo) a las percusiones, Martí Perarnau IV a los teclados y sintetizadores y Tony Molina y L. M. Moreno ‘Pirata’ a los metales, más Luis Antelo ayudando con las programaciones. Juntos recrean las diecinueve canciones de la banda, todas excepto el breve instrumental ‘Prólogo’ que abría su último trabajo, “Devocionario”.

Gran parte del mérito del éxito de esta recreación lo tiene Pablo Novoa, quien ha mantenido las claves sonoras del grupo al que en su día perteneció, respetando la complejidad de las armonías de piano, la energía y la velocidad de las canciones, la dureza en las cajas de ritmo, las guitarras endiabladas de canciones como ‘La reclusa’ y la crudeza de ciertos arreglos.

Además, Novoa y Ferreiro han contado una vez más con el trabajo del siempre espectacular bajista Luis García (¡cómo lo hemos echado de menos todo estos años!) y, para cuadrar el círculo, han conseguido involucrar también a Teo Cardalda, de forma que en el álbum participan los tres componentes del grupo que siguen vivos (no puede estar Germán Coppini, fallecido en 2013). Cardalda aporta un solo de guitarra, esta vez más eléctrico y rabioso que el original con guitarra acústica, en ‘Escenas olvidadas’, tal vez el momento más deslumbrante de esta nueva recreación.

El papel más complicado le ha tocado Ferreiro. No es fácil ponerse en el papel de Germán Coppini, y está claro que ha tenido que hacer un esfuerzo mayor al habitual en él para mostrarse tan versátil como lo hace aquí, llegando a registros atípicos en su voz, a veces intentando cuadrar las frases en un espacio de tempo musical reducido, lo que pone en evidencia el fraseo casi imposible y el genio de quien fuera cantante e ideólogo en buena parte de Golpes Bajos.

Revestido el álbum con un acertado diseño que incluye partes de los textos de las canciones y fotos familiares, el orden de las canciones sí se ve alterado: no se corresponde con el de los discos originales ni, tampoco, con el orden que le dieron en Portamérica. Es lógica la apertura con ‘Cena recalentada’, que da título al disco, y el cierre con ‘Tendré que salir algún día’, que es la que más se presta a ello al estar interpretada solo al piano, colocando los temas más reconocibles en las caras A del doble vinilo.

Quienes crecieron con Golpes Bajos, aunque encontrarán sin duda momentos que parecen inalterados como ‘Malos tiempos para la lírica’ o ‘Hansel y Gretel’, descubrirán también múltiples detalles nuevos que vale la pena ir saboreando poco a poco: el final levemente modificado y repetitivo de ‘No mires a los ojos de la gente’, la repetición obsesiva en los coros de ‘Estoy enfermo’, los metales ahora reales de canciones que antes no los tenían (‘Travesuras de Till’, ‘Colecciono moscas’), el interludio de la muy conseguida ‘Fiesta de los maniquíes’, el solo de guitarra ya comentado o detalles de sintetizadores que se van colando por aquí y por allá (‘Desconocido’, ‘Escenas olvidadas’, ‘Hazme un nueve’…).

Es difícil que cualquier seguidor devoto y confeso de Golpes Bajos se sienta traicionado por este trabajo. La sensación será más bien justo lo contraria, la de agradecer que esta reivindicación devuelva a la actualidad al grupo más de treinta años después. “Cena recalentada” atesora la esencia de esas canciones ya clásicas del pop español y las adapta a la actualidad. Esos temas aún suenan vigentes hoy en su interpretación original, y en manos de Iván Ferreiro seguro que llegan a atraer a la causa a nuevas generaciones, otorgándoles así nuevo valor y justificando plenamente su recuperación.

Anterior crítica de discos: “Egypt station”, de Paul McCartney.

 

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