AC/DC
“Ballbreaker”
EPIC, 1995
Texto: JUANJO ORDÁS.
La década de los ochenta fue una travesía por el desierto para AC/DC, la inauguraron con nuevo cantante y un clásico como “Back in black” bajo el brazo pero poco a poco fueron difuminando su estilo y registrando discos que les situaban en la cuerda floja a nivel creativo, por mucho que en directo siguieran funcionando bien. El inicio de los noventa les vio encarrilando un poco su desviada trayectoria. “The razor’s edge” supuso cierta revitalización a nivel compositivo (ahí estaban ‘Are you ready’ y ‘Money talks’) aunque tampoco hizo mucho por sacarles del reducto heavy al que su cierta inclinación por sonidos metálicos les había llevado (aunque ‘Thunderstruck’ fuera magnífica).
En cualquier caso, si con “The razor’s edge” el nivel subía, con “Ballbreaker” se superaban y regresaban a su sonido grasiento y rockero. El productor Rick Rubin acudió al rescate (como hace bien poco hizo con Metallica) y devolvió a los australianos a sus orígenes, a la sencillez, al ritmo perdido. Tenía sentido iniciar el disco con un tema como ‘Hard as a rock’, con su temible riff a medio volumen listo para explotar con la clásica entrada-avalancha instrumental de la banda, igual de lógico que continuar con un lento boogie como ‘Cover you in oil’. El espíritu original del grupo había regresado, algo certificado según avanzaban los temas: sucio blues en ‘Boogie man’, el rock de autopista de ‘Ballbreaker’.
Pero el punto fuerte del disco no eran sólo los temas repletos de combustible, sino aquellos que jugaban con el dramatismo y cierta emotividad en sus riffs. El dúo formado por ‘Burnin’ alive’ y ‘The furor’ elevaban el disco, con unas guitarras que remarcaban cierto sentimiento y dejaban ver el mismo lado emocional de AC/DC que en su día también permitió contemplar una canción como ‘Walk all over you’, del mítico “Highway to hell”. Aunque ‘Caught with your pants down’ reincidía en la fórmula de ‘Wole lotta Rosie’ y ‘The honey roll’ era simplemente correcto, “Ballbreaker” era un trabajo memorable.
A nivel lírico cierta vertiente política se hacía presente tímidamente en canciones como la potente ‘Hail Caesar’ (¿hablamos de un aviso sobre el fascismo?), la citada ‘The furor’ (¿una crítica a la religión organizada?) y en menor medida en ‘Burnin’ alive’ (el desencanto), encajando perfectamente con la temática festiva de la mayoría de los temas. Quizá debido a que eran canciones enérgicas y a que sus letras no eran explicitas, por lo que el trabajo se beneficiaba de empaque y cohesión.
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