DISCOS
«El viaje de la guitarra española a través del continente americano, una ofrenda a la selva, una exaltación de la música de raíz y el folclore popular»
Twanguero
Carreteras secundarias, volumen 2
Cosmica Artists, 2022
Texto: JAVIER ESCORZO.
Cinco años después de que viera la luz Carreteras secundarias, El Twanguero publica su continuación, que lleva por título Carreteras secundarias volumen 2. Si en la primera entrega el guitarrista valenciano quiso centrarse en sonidos propios de la geografía norteamericana (blues, country, ragtime…), en esta ocasión ha preferido orientar su mirada hacia el sur. En plena pandemia, el único lugar al que pudo viajar desde Estados Unidos, país en el que lleva años residiendo, era Costa Rica, y hacia allí se fue con la intención de grabar un disco.
En realidad, la idea le llegó mientras tocaba en una sesión de ayahuasca, cuando tuvo una visión de un jaguar, un animal solitario y muy característico del continente americano. Así quiso registrar el álbum, solo con su guitarra española, perdido en mitad de la selva. Y allí es donde nos traslada su escucha, con los ruidos de la fauna silvestre que se cuelan entre los ritmos y las melodías que el músico iba creando. La primera canción, “La leyenda de Cañaveral”, hace las veces de bienvenida al nuevo escenario, con sonidos de guitarra que imitan y se funden con los de la naturaleza, como si el instrumento estableciera una animada conversación con chicharras, monos, vientos y árboles.
Después hay pasajes más lentos, quizá más oscuros, inspirados por la propia jungla. El ambiente reflexivo domina canciones como “Samba de la jungla”, que tiene un halo más introspectivo, al igual que “Náufrago”, una especie de bolero bañado por las mareas del folclore centroamericano. No es necesario explicar de dónde surgió la inspiración para la siguiente pieza, “Iguazú”, que contiene las únicas palabras que se escuchan en todo el disco (esos susurros que, a modo de mantra, repiten el nombre del lugar que da título al corte).
“Jaguar” es otra de las canciones importantes, además de por vertebrar el álbum, por haber servido de inspiración para la creación del mismo y por mezclar en su seno ritmos del sur, como la milonga, con otros estilos más caribeños e incluso con bossa nova. Ese puede ser el resumen de este disco: el viaje de la guitarra española a través del continente americano, una ofrenda a la selva, una exaltación de la música de raíz y el folclore popular. Un proyecto de búsqueda que, afortunadamente para todos, ha terminado en hallazgo. Bien por su autor, que ha tenido la valentía y el talento necesarios para sacarlo adelante.
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Anterior crítica de discos: Endless rooms, de Rolling Blackouts Coastal Fever.