DISCOS
«Alía la sensibilidad con frescura y solera»
Carlos Gasca
Canciones
EL GENIO EQUIVOCADO, 2021
Texto: CÉSAR PRIETO.
El barcelonés Carlos Andreu, con el grupo Gasca o ahora como Carlos Gasca, lleva la friolera de tres discos en veinte años. Treinta y cuatro canciones en total —si añadimos un primigenio epé— que, si bien no han tenido nunca ventas masivas, sí que se encuentran dentro del dominio de las melodías ensoñadoras, bien acabadas instrumentalmente, con pedazos de corazón y manos de artesano. Más que barcelonés, es del pueblo vecino de Sant Feliu de Llobregat, una manera especial de ser barcelonés, sobre todo en el ámbito musical, un hábitat donde convive David Rodríguez junto a otros artistas también de fuerte personalidad y atesorados por minorías como Pigmy —estos dos anteriores colaboran en el disco— o Primogénito López.
Si Gasca era un grupo, Carlos Gasca es un trabajo en solitario. Si los primeros tiraban de electrónica, el tercero apuesta por lo acústico, a veces dentro de ese nuevo folk, a veces dentro de luminosidades mediterráneas. Porque es un disco de mar, el mar está presente continuamente, sin parar, y no solo en las letras, sino en las texturas de unas guitarras serenas y plácidas.
Ahí está “El faro”, por ejemplo, donde el mar rodea siempre los viajes y los trenes —otros de los lemas importantes— y la combinación de instrumentos es como la transparencia de una mañana soleada. O “Esto sí”, que abraza tonos fronterizos y se adorna con chillidos de gaviotas; incluso llega a estar a punto de ser tropical. Y de nuevo aparece en “Llovía”, una crónica barcelonesa en un disco muy apegado a la ciudad y las calles, esa Diagonal a la que llega en “Peor de lo que ves”, con un bajo similar a The Cure y aires folk que incluso, en el desarrollo instrumental final, parecen atmósferas gallegas.
Y para calle, la que se cuela en “Cuando vengas”, que incluso llega a rozar la rumba, con sus trompetas fronterizas y una melodía que busca el verano y el sol, como si Formula V se formaran ahora como grupo indie. Juegos de relación: “La noche de San Juan” está llena de prestancia en los arreglos, coros de impresionantes armonías y un recitado que en este caso convertiría en alternativo a Manolo Otero si lo hubiera hecho. La voz grave de Carlos Gasca es un factor en la música que dota a las canciones de suavidad y hondura.
Su tercer disco largo y apuesta por más. Hay más intimidad, es más escueto, más sobrio y más emocionante. En su escasa obra, con Gasca siempre ha esparcido sensibilidad, pero aquí hace algo mucho más difícil, aquí alía la sensibilidad con frescura y solera.
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Anterior crítica de discos: Directo en Loco Club, de Luis Prado.