DISCOS
«Todo suena más desenfadado, algo más contagioso, nada pretencioso»
Kings of Leon
Can we please have fun
Lovetap Records / Capitol, 2024
Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.
Se han sacudido un poco las legañas. Que ya tocaba. La retahíla de tics lo demandaba. Será por el cambio de sello, liberados del contrato que les ligaba a RCA. Será por el productor, el sagaz Kid Harpoon (Harry Styles, Florence + The Machine, Miley Cyrus, Maggie Rogers), capaz de lavarle la cara y darle colorido al más pintado. Todo suena más desenfadado, algo más contagioso, nada pretencioso. En cierto modo me recuerda, aunque por la metodología opuesta, a los Killers del austero Pressure machine (2021). Al fin y al cabo, tanto los de Brandon Flowers como los Followill han sido quienes más han contribuido a pulir ese indie rock de estadios, tan poco afilado, de las últimas dos décadas. Y toca renovarse —algo, tampoco demasiado— o, si no morir, sí languidecer.
Tampoco es que este noveno álbum sea la bomba. No deja un gran poso, pero tampoco irrita. Diversifica registros y no aburre. Y suena relativamente espontáneo, fresco, con la desenvoltura de quien prefiere atrapar el momento que pensar en cómo rodarán sus canciones ante cuarenta mil almas. Sobresalen las expansivas “Nowhere to run” y “Don’t stop the bleeding”, la fibrosa “Nothing to do”, la ensoñadora “M Television”, la plácida “Ease on me” y la serpenteante “Seen”, un bonito broche. Porque a diferencia del ochenta por cien de los discos que se publican hoy en día —y esto también es novedad— lo mejor de su minutaje no está en su primera mitad, sino en la segunda. Me barrunto cómo van combinar esto sobre un escenario con sus inflamados himnos de siempre. Y eso me devuelve las ganas de volver a catarlos en directo.
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