But here we are, de Foo Fighters

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DISCOS

«El valor de este trabajo reside sobre todo en la capacidad de reconstrucción anímica y profesional, en la sinceridad de unas canciones que no rehúyen del estado emocional en el que se encuentran»

 

Foo Fighters
But here we are
RCA RECORDS, 2023

 

Texto: SARA MORALES.

 

Demasiadas cosas han ocurrido hasta llegar a este undécimo álbum de Foo Fighters, por eso, aunque no sea el más brillante de su carrera, es preciso aplaudir la hazaña, pues viene de uno de sus momentos más duros y desoladores como banda. La inesperada muerte de Taylor Hawkins en marzo de 2022, durante la gira del anterior Medicine at midnight, sorprendió y conmocionó al mundo al tiempo que el grupo se sumía en la desesperación. Claudicados en un triste hiato del que, con tiempo, prometían salir, el resto de miembros han luchado contra su propia desazón, han remontando, se han sentado a componer y han cumplido su promesa. Aquí está.

Aunque los Foo Fighters de ahora —pues aseguraron en su momento que sin Hawkins nunca volverían a ser los mismos— han sumado a sus filas a Josh Freese como su nuevo batería, lo cierto es que este empezará a ejercer durante la gira de presentación del disco, pues ha sido el propio Dave Grohl quien ha interpretado y grabado las pistas de percusión del álbum. Un Dave Grohl que sale bien del paso, cómo no, aunque la ausencia de aquellas baquetas sea una constante de peso en el repertorio.

Una colección de canciones que pasan por todas las fases del duelo: el dolor, la angustia, la ira, la aceptación…, siendo “Rest”, la que cierra el álbum, una sincera carta dirigida al «rubio de los tambores». Las maneras progresivas propias de Foo Fighters continúan asomando por aquí y el músculo rock, aunque herido, continúa fuerte y sano. Hasta se lanzan con una balada llamada “Show me how”, para la que han contado con Violet, la hija de Grohl, y con una pieza de armazón punk, «Under you».

Pero, como decíamos, el valor de este trabajo reside sobre todo en la capacidad de reconstrucción anímica y profesional que han tenido que llevar a cabo; en la sinceridad de unas canciones que no rehúyen de la realidad y del estado emocional en el que se encuentran; y en la oportunidad de continuar que se han concedido, pese al mazazo, poniendo la primera piedra de una nueva era para ellos y para su séquito.

Anterior crítica de discos: Dirt, wood & grass, de Pablo Leira.

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