Bunbury: Gigante en Madrid

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«Con ese aura de artista del que pocos pueden presumir, goza del misticismo propio de las grandes estrellas al tiempo que su directo se convierte en adictivo»

 

En Madrid, y en lo que ha sido una coda española, Bunbury cerraba anoche la gira del disco «Palosanto». Una de esas veladas de grandeza que sus seguidores no podrán olvidar.

 

 

Bunbury
20 de diciembre de 2014
Barclaycard Center, Madrid

 

 

Texto y fotos: WILMA LORENZO.

 

 

La grandeza es algo que no se mide en términos de ejecución, mucho menos en números y ni si quiera en repertorio; la grandeza va de la mano de la presencia, de la cualidad innata de salir al escenario e imponer; generar respeto y admiración sin haber dicho o hecho absolutamente nada. Esa grandeza es la que define a Bunbury y la que hizo que ayer sábado, 20 de diciembre, el público allí presente oscilara entre observar atónito al artista o cantar con él cada letra de cada canción.

«Gracias por despedir con nosotros la gira de ‘Palosanto'» dijo Enrique Bunbury al comienzo del concierto en el Barclaycard Center (Palacio de los Deportes de Madrid) en su formato “El Ring”. Y lo cierto es que el público no quería recordar ese “hasta luego indefinido” que resultó ser el show de ayer y lo demostró acompañando al artista sin descanso durante las más de dos horas de concierto.

Los Santos Inocentes (la banda de Bunbury) fueron los primeros en irrumpir en escena y ‘Despierta’ el tema inaugural de la noche. De la sombra saldría el actor principal de la película de ciencia ficción de la que ayer Madrid fue espectadora: con ese aura de artista del que pocos pueden presumir. Goza del misticismo propio de las grandes estrellas al tiempo que su directo se convierte en adictivo. Ayer se mostró gigante: en constante movimiento, interpretando las canciones, cuidando los matices. Se notó que era el último de todo un año de conciertos porque el show fue redondo.

Era la última cita de los «LastShowsOnEarth» y el fin de la gira de «Palosanto» (2013); y el repertorio fue prácticamente igual al de sus anteriores citas con el público, sonando temas de toda la carrera en solitario de Bunbury además de ‘Deshacer el mundo’ de Héroes del Silencio. Su actitud al clamar «¡A su salud!» en ‘Hijo de Cortés’, la forma de interpretar ‘El extranjero’, con todo el recinto a sus pies, o la exhibición de talento en ‘El hombre delgado que no flaqueará jamás’; nos recuerda por qué Bunbury es uno de nuestros artistas más internacionales, apoyado en una banda que presume del mismo carisma que su director de orquesta y una escenografía con magníficos audiovisuales.

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Sin problema fue saltando de disco a disco, deteniéndose en mencionar lo especial y querido que fue para él «El viaje a ninguna parte» (2004) antes de interpretar ‘El rescate’, que terminó donde empieza ‘Los habitantes’, de «Las consecuencias» (2010). Unión de canciones y álbumes que evidenciaron que la distancia entre los trabajos de Bunbury solo puede ser medida en años.

La intimidad estuvo protagonizada por ‘Salvavidas’ y la versión de ‘Frente a frente’. De rodillas dando las gracias comenzó ‘De todo el mundo’ para alcanzar uno de los puntos álgidos de la noche con todo el público cantando «ante la duda, sí» con uno de los grandes temas de «Flamingos» (2002).

Presentando a toda la banda y agradeciendo a todo el equipo que le ha acompañado en esta gira que comenzó el pasado 1 de enero en México, se despedía Bunbury para teñir de azul el Palacio e interpretar ‘Lady Blue’. Pero quedarían dos bises por delante, el primero con él solo a la guitarra y ‘Prisioneros’ –una de las sorpresas del show– para continuar con ‘Infinito’ (conocida popularmente como ‘Me calaste hondo’).

Al grito de «¿pero no habéis quedado?, ¿a qué hora cierra el metro?. Nosotros no tenemos prisa», Bunbury y Los Santos Inocentes volvían al escenario una última vez para despedirse con ‘Bujías para el dolor’, ‘Puta desagradecida’ –del álbum que grabó con Nacho Vegas «El tiempo de las cerezas» (2006)– y una última ‘El viento a favor’; que nos separa del zaragozano esperemos que “hasta pronto”.

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