«En todos los discos intento que el orden explique la historia, el momento y el pensamiento de forma coherente»
Efe Eme asiste a la presentación por videoconferencia del nuevo disco de Bunbury, Curso de levitación intensivo. Por Carlos H. Vázquez.
Texto: CARLOS H. VÁZQUEZ.
Fotos: JOSE GIRL.
Henry Miller decía que el caos era la partitura en la que estaba escrita la realidad. Bunbury asegura hoy que en el caos no hay error, que lo que vive el mundo es una anormalidad transitoria. «Me regalaste la suerte / cuando hacía ya mil años / que vivía en un caos permanente / y nada conseguía acabar», canta en “Tenías razón en todo”, canción que cierra Curso de levitación intensivo (Warner, 2020) y que además se inicia y se despide con una voz: «Y esto es todo por el momento. Muchas gracias por atenderme». Es Liu Suria, «un bloguero muy interesante» al que Enrique pidió permiso para utilizar la entrada y la salida que suele hacer en sus blogs. Podría encontrarse el paralelismo con la clausura de Pequeño (Chrysalis, 1999) en “Contradictorio” —«Y esto es todo amigos. Muchas gracias por su atención. Que les vaya bien bonito»—, pero Enrique afirma que es casualidad, que ya ni lo recordaba.
El orden de temas de Curso de levitación intensivo se debe «exclusivamente a respetar lo que está intentando comentar el disco y el texto que le acompaña», razona Bunbury: «Siempre, en todos los discos, intento que el orden explique la historia, el momento y el pensamiento de forma coherente y que te lleve por un viaje. […] Ten en cuenta que son canciones que van acompañadas de un contexto musical, entonces tienes que encontrar ese equilibrio entre lo que cuenta la historia y lo que cuenta musicalmente el disco».
Cerca de cincuenta medios vía Zoom al habla con Enrique Bunbury en directo. Dentro de esta —como dice— «anormalidad transitoria», el artista ha estado dando entrevistas por teléfono, cuestionario y videollamada, en su mayoría. Cuenta que al final le cansa, que tiene que explicar ciento cincuenta veces el significado del título de su nuevo disco: Curso de levitación intensivo. «En el fondo te cansas de oírte a ti mismo repetir la misma cosa».
Posible (Warner, 2020) cambió de fecha de salida debido al coronavirus y el curso de su promoción fue modificado. Por supuesto, se aplazaron las fechas de los directos. «Estaba en un momento de enfrentamiento con las giras, pensando en que ya lo que me tocaba era hacer giras más cortas, porque no tenía tantas ganas de estar nueve meses fuera de casa». Bunbury, entonces, se había negado a hacer conciertos hasta que la situación no volviera a ser como antes, pero acaba de anunciar un show en streaming para el 24 de enero del 2021. «Hay varias cosas con las que no estoy en absoluto de acuerdo y lo que estoy intentando es no caer en la tentación de hacerlas. Una de ellas era un tipo de concierto que se estaba haciendo este verano, conciertos con distancia social, conciertos con una serie de impedimentos de cara a la gente y con una limitación de público […], cosa que hacía que fuera muy poco rentable o incluso —dependiendo de lo que hicieras encima del escenario— directamente deficitario. Para que pudieras llenar la nevera con esos conciertos, lo que tenías que hacer era reducir los músicos, los técnicos… que al final son los grandes perjudicados de las medidas que se están tomando por parte de los gobiernos».
Advierte Bunbury que esto es una cosa que, hasta ahora, no había hecho y en sus planes está no hacer. «Nada más empezar todo este tema […] se habló mucho del streaming casero, del artista en pijama tocando la guitarra en su casa y haciendo canciones a diario, estando de una forma más presente en redes sociales. Yo me resistía a eso porque considero que los músicos deben cobrar por su trabajo». Lo adelantaba en el mismo encuentro con la prensa: «Y por si alguien tenía la menor duda, no vamos a salir en pijama, en el cuarto de estar […]. No es un streaming casero; es un streaming profesional con un escenario propiamente dicho. Van a ver un concierto real».
«No he pensado en volver a esa época de Radical sonora, sino más bien en una conexión con el presente»
Los procesos
En lo que al estudio se refiere, hay una parte del proceso de Curso de levitación intensivo que ha sido «totalmente inconsciente» en la que Bunbury ha ido componiendo canciones sin saber que iban a formar parte de un disco que grabaría inmediatamente en verano. La otra parte nace de una conversación con Nacho Royo, su mánager, cuando Enrique empieza a pensar en hacer un disco y ver las canciones que tenía compuestas hasta esos días. «Sigo componiendo canciones y aparecen algunas bastante importantes. A partir de ahí está la comunicación con la banda, que es cuando empiezo a hablar con Ramón [Gacías]. Había hecho unas demos bastante avanzadas y le pasé algunas canciones en las que tenía ideas que me gustaba que probara él a hacer cambios en la base rítmica». Presumiblemente, una de estas ideas fuera “Baby’s coming down”, de Los Labios (antigua banda de Álvaro Suite), cuya melodía ha sustentado “Ezequiel y todo el asunto del Big-Bang”. O “El pálido punto azul”, basada en el libro de Carl Sagan Un punto azul pálido.
El siguiente paso, en junio, fue ir todos a La Casa Murada (Banyeres del Penedès). «Love of Lesbian me habían hablado del estudio y quería probarlo. Nos metimos ahí, hicimos varias pruebas con músicos que no son de Los Santos Inocentes, con Los Santos Inocentes, hicimos grabaciones…», trata de hacer memoria Bunbury, que dice estar explicándolo fatal, porque fue una grabación «un tanto compleja», aunque tenía claro dónde iba sin que en ningún momento perdieran el rumbo. Ha trabajado con músicos de jazz experimental y ha continuado labrando con la electrónica, siguiendo los modos de Posible.
Radical sonora (Chrysalis, 1997), aquel primer disco tras Héroes del Silencio, estuvo influenciado por Pop (Island Records, 1997) de U2 o Earthling (RCA, 1997) de David Bowie (sirva de guía para este caso el libro Bunbury experimental, de Juanjo Ordás). No obstante, y aunque Pequeño fuera más minimalista que su antecesor, los singles y maxis que salieron entonces dejaban escuchar un refinamiento en los sintetizadores y cajas de ritmos que con más o menos importancia en la discografía de Bunbury (Hellville Deluxe, Las consecuencias…) han tenido su protagonismo. ¿Este acercamiento a la electrónica se debe su interés por encontrar nuevos sonidos, o se trata en realidad de algo cíclico? Bunbury responde a Efe Eme: «Creo que no es cíclico. No he pensado en volver a esa época de Radical sonora y que pueda tener algo de conexión con algunos sencillos de Pequeño, sino más bien una conexión con el presente y con cosas que me gustan de la música que se hace hoy y la tecnología de la que disponemos. En Posible hay más electrónica, porque en la base rítmica está mucho más presente». Sin embargo, en Curso de levitación intensivo hay alguna canción en la que sí: «Pero la batería, básicamente, y los bajos son mucho más orgánicos. Siguen estando los sintetizadores, las secuencias y los arpegiadores presentes en Curso de levitación intensivo, pero menos que en Posible». Su nuevo trabajo, a la venta el 11 de diciembre, «cierra este período desde Palosanto hasta ahora, estos últimos discos más contemporáneos, y me lleva en una dirección que intento intuir, pero que no sabría definir todavía, porque no estoy todavía en ella». Pero sí tiene algo claro: «Sé que estoy saliendo de una etapa contemporánea, yendo hacia un nuevo lugar. Hay cosas en Curso de levitación intensivo que apuntan hacia ahí».
No está siendo 2020 un año sencillo y todavía habrá que ver si el 2021 es ese salvador del que todo el mundo habla pero del que nadie se fía. Bunbury, mientras tanto, considera que «está en un buen momento». ¿El mejor momento? «Bueno, eso ya es una cuestión de gustos», dice.