Bruce Springsteen: La noche inglesa

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«En este último tour americano ha jugado con las canciones como nunca, confeccionando múltiples set lists, aunque el que suena en Hyde Park es equilibrado. Pocas paradas en sus más recientes trabajos, mucho clásico, versiones sorprendentes»

“London calling: Live in Hyde Park” es el nuevo DVD de Springsteen junto a la E Street Band. Otro testimonio filmado del poder en escena del de Nueva Jersey. Juanjo Ordás, tras tres horas de visionado, lo analiza.

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

Un autor como Springsteen, con tantas obras y giras memorables a sus espaldas, es capaz de alimentar infinitos debates en torno a él. No soy de aquellos que disfrutan de sus discos posteriores a “Born in the USA”, en mi opinión la inspiración del de New Jersey sólo regresó para “The ghost of Tom Joad” y “The rising”. Evidentemente, al otro lado de la línea se encuentran aquellos que son capaces de disfrutar de cada nueva obra de Bruce, aquellos que continúan aprendiéndose sus canciones y permitiéndolas hacerse un hueco entre sus clásicos dorados. Afortunadamente, ninguna discusión sobre música es trascendente, pero visualizando su último DVD en vivo pude reflexionar mientras temas como ‘Working on a dream’ o ‘Radio nowhere’ sonaban. La conclusión a la que llegué es que, dentro de unos años, cuando meditemos con perspectiva, nos daremos cuenta de que todos estábamos un tanto equivocados. A unos, los recientes trabajos de Springsteen junto a la E Street Band no nos parecerán deplorables, incluso comenzaremos a disfrutar de ellos y desligaremos al Springsteen mitológico del actual. Los otros, quizá se den cuenta de que esos mismos discos suponen un desnivel creativo respecto a lo que este hombre ha llegado a dar de sí. Mientras tanto, Springsteen podría estar viviendo el efecto Dylan y estar grabando obras que sí podrían medirse con sus clásicos. Y es que a día de hoy a todos nos gusta “Street legal”, aunque no le llegue a la suela de los zapatos ni a “Blonde on blonde” ni a “Time out of mind”.

Bruce continúa siendo un número uno en vivo, porque sobre las tablas sigue resultando auténtico y es esa autenticidad la que legitima las canciones nuevas, la que las dota de un empaque del que carecen en estudio. Quizá habría que relevar a Brendan O’brien como productor y buscar a alguien que proponga nuevos movimientos en parámetros menos predecibles. Es más, sería curioso delegar la dirección musical en el siempre salvaje Steve Van Zandt. Ensoñaciones, cierto, aunque ensoñaciones que no hacen más que demostrar que son varios los caminos. No hace falta decir que, desde luego, Bruce Springsteen no es ningún músico acabado.

En cualquier caso, con un DVD en vivo como “London calling: Live in Hyde Park” no se da ningún problema de producción. Springsteen sobre las tablas es garantía siempre que sea la E Street Band quien le respalde, algo que atestigua esta grabación de verdadero lujo. No hay extras, sólo dos canciones a modo de bonus, pero poco importa, la calidad del producto es superlativa. Dos DVDs para lograr el mejor acabado, tres horas de espectáculo y un repertorio bastante interesante. En este último tour americano ha jugado con las canciones como nunca, confeccionando múltiples set lists, aunque el que suena en Hyde Park es equilibrado. Pocas paradas en sus más recientes trabajos, mucho clásico, versiones sorprendentes y la presencia de Brian Fallon de los imprescindibles Gaslight Anthem como invitado de lujo en ‘No surrender’. Da igual que el concierto aconteciera en el marco de un festival, se trata de un espectáculo de Springsteen en toda regla.

Comenzar con ‘London calling’ es una buena forma de meterse a la audiencia londinense en el bolsillo, aunque en realidad se trate de guiño simpático a la ciudad anfitriona y a The Clash (a Springsteen no le hacen falta esos trucos, el público herviría abriera con la que canción que abriera). No obstante, la versión no es de lo mejor que este hombre haya interpretado. Por momentos parece demasiado forzado, incluso histérico, aunque con ‘Badlands’ todo se coloca en su sitio y el concierto comienza a rodar con naturalidad.

Cabe destacar que Patti Scialfa (guitarra acústica y esposa del jefe) no formó parte de la banda durante bastantes fechas de este tour, algo que para algunos es un plus. Es difícil comprender cuál es su papel en la banda, cuando actúa su guitarra acústica no se escucha y sólo sus coros son perceptibles. En el DVD “Live in NYC” era penoso ver como la pelirroja le robaba planos al mismísimo Steve Van Zandt. No hay que entrar a debatir si Scialfa merece o no estar ahí, simplemente era surrealista que acaparase más planos que otros músicos cuyo peso instrumental sí era determinante en lo que estaba sonando. Sea como sea, esta vez su lugar lo ocupa una vieja conocida, la violinista y guitarrista Soozie Tyrell, quien lleva gravitando alrededor del círculo de Springsteen desde principios de los años noventa. Así, la E Street Band se amplia también con la presencia del teclista Charly Giordano (sustituyendo al tristemente desaparecido Danny Federici)  y dos coristas.

Evidentemente, los coprotagonistas son los carismáticos escuderos. En primera línea, Van Zandt, Nils Lofgren y Clarence Clemons añaden momentos mágicos cada vez que la cámara se posa sobre ellos, en la retaguardia el discreto Garry Tallent aporta su preciso bajo, Max Weinberg brinda su musculosa batería y Roy Bittan ofrenda genialidad desde las teclas (¡habría que recordar de vez en cuando el gran trabajo que este hombre ha hecho, no sólo en la obra del Boss, sino en el soberbio “Station to station” de Bowie!). La E Street Band está tan viva como su líder (¡qué salvaje solo el de Lofgren en ‘Youngstown’! ¡Qué carisma irradia Van Zandt y que rítmicas de lujo sirve! ¡Qué señorío el de Clemons!), un Springsteen cuya voz exhibe convicción y que se hace cargo de la mayor parte de las guitarras solistas (¡y qué gran guitarrista es!) aunque hacia la mitad de la actuación comience a ceder espacio en ese aspecto y sea Lofgren quien comience a efectuar solos, incluso Van Zandt se marca uno bastante potente en ‘Jungleland’. La voz de Bruce ha ido ensuciándose con los años, ganando poso, ahora ruge como nunca.

Pero paradójicamente, cuando mejor funciona el de New Jersey es cuando se olvida de su público. Es un gran entretenedor de masas, sus paseos cerca de las primeras filas son divertidísimos (incluso recoge y ejecuta peticiones escritas en pancartas), pero cuando se centra en su faceta más seria es cuando más profunda se hace su interpretación. Afortunadamente sabe guardar el equilibrio, cuándo entregarse al público ceremonialmente (‘Out in the street’) y cuándo replegarse hacia el escenario con austeridad (‘Radio nowhere’) o incluso manteniendo el ambiente festivo (‘Glory days’). Poco tiene que ver esto con lo exhibido en la sobreactuación de la Superbowl (otro tema que daría para un largo debate, aunque es fácil convenir en que aquella no fue exactamente la mejor performance de Springsteen).

“London calling: Live in Hyde Park” es, de largo, el mejor DVD que jamás haya editado Bruce. No tiene el aura del directo en los setenta en el Hammersmith Odeon pero sí bastante más calidad técnica (¡el signo de los tiempos!), además, supera en todo a sus últimos lanzamientos audiovisuales. ¡Qué siga en racha!

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