DISCOS
«Trata el country rock con desparpajo, con la suficiente distancia para no resultar reverencial»
Orville Peck
Bronco
COLUMBIA-SONY
Texto: XAVIER VALIÑO.
Tiene algo de desmitificador, pero eso no debe oscurecer sus logros. El vaquero con antifaz de flecos, siempre con la cara cubierta, llega a su segundo disco, impulsada su carrera por la inclusión de “Dead of the night” en la banda sonora de la serie Euphoria. Si aquel primer álbum se titulaba Pony, este segundo lleva el nombre de Bronco, supuestamente el apodo del poderoso caballo que aparece tras él en la portada.
Esa metáfora equina bien podría aplicarse a su evolución. Su segundo trabajo duplica en duración al anterior y, además, se le nota mucho más ambicioso y dispuesto a llegar donde entonces no parecía querer o poder ir. Aquí su voz se desata en todo su esplendor, contando como banda de acompañamiento con los canadienses The Frigs, perfectos en su papel. Peck es también canadiense, y eso le da libertad para tratar el country rock con desparpajo, con la suficiente distancia para no resultar reverencial. Así puede sonar a Roy Orbison en “C’mon baby, cry” o firmar piezas a la vez clásicas y únicas, como “Outta time”, la evocadora “Iris rose”, la melancólica “Let me down” o la canónica “Hexie Mountains”, revestida con banjos y guitarra slide.
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Anterior crítica de discos: Tu piel es al galaxia, de José Domingo.