Box of letters, de Sparkle*Jets UK

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DISCOS

«Un conjunto de canciones maravillosas que estaban latentes durante todos estos años y a las que por fin les han puesto cuerpo»

 

Sparkle*Jets UK
Box of letters
BIG STIR RECORDS, 2025

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Sparkle*Jets UK son angelinos, a pesar del U.K. que cierra el nombre y que pusieron como una broma hace veinte años. Concretamente, los situaremos en el condado de Orange —uno de los más ricos de Estados Unidos—, donde son una pequeña institución mítica en el ambiente power pop de la zona. Y si digo mítica es porque, tras dos únicos álbumes en la frontera entre los noventa y el nuevo milenio, se pasaron veinte años sin publicar nada, hasta que en nuestros días sus seguidores hemos podido gozar de ese tercer elepé largamente deseado.

En este tercer disco con canciones nuevas no desmerecen y se conectan con hilos invisibles al más puro pop. Las voces masculinas y femeninas se alternan, para dar variedad a un conjunto que recorre los paisajes de los Beach Boys, los Beatles o incluso Manic Street Preaches. Lo demuestra “This will be our year”, que se inicia con un cuarteto de cuerda que en quince segundos se diluye en la magia del grupo de Liverpool en el doble blanco, en Badfinger o en el primer Elvis Costello.

Es fascinante ver como los primeros compases de las canciones aportan momentos vibrantes que después se resuelven en otros relatos musicales. El de “Princess needy” es puro cabaret, puro Broadway, pero después coge carrerilla guitarrera y, como una sinfonía de toda la música del siglo XX, en medio de agudos, puentes felices, coros acariciantes y brillantísimos pasajes de disco music, parecen recoger el espíritu de Burt Bacharach que ese día andaba por el estudio. En “I can’t wait of summer” el inicio es el de “Be my baby”, para después pasar a una dulzura que no se puede imaginar en las Ronettes y sí en esas canciones de corazones heridos y diseccionados, tan de esa época también.

Por el contrario, “Love burn” comienza de manera más oscura, como una canción de los Cramps en que la voz femenina abarque todo el registro de nuevaoleras, desde Rachel Sweet a Suzanne Fellini o Joan Jett. Esa misma querencia es la que tiene la que da título al conjunto, con toda la fuerza de esos grupos femeninos que le pasaban la mano por la cara a cualquier homólogo masculino, llámense Pretenders o Runaways. Energía a base de trallazos con cierto toque sesentero. Pura dinamita sónica. También setentera, pero desprendiendo una impresionante alegría de vivir, es “I’m away from my desk”.

Volvamos a los comienzos de canciones. Los primeros segundos de “You complete me” recuerdan al “Sugar, sugar” de los Archies, y el primer fraseo a un grupo olvidado, The New Seekers, y una canción menos olvidada, “I’d like to teach the world to sing”, porque fue durante un tiempo la sintonía de un famoso refresco de cola. O sea, puro bubblegum soft, ese género maldito que ya nadie interpreta.

Una tripleta bebe de estilos más desacostumbrados en su manera de hacer. “Little circles” es mucho más densa y pausada, con un aire folk en los coros y naturalidad de la voz, como si Paul McCartney haciendo una versión de Donovan. “Where’s the moment”, tiene un deje más americano y momentos en los que encajan en los Fleetwood Mac de Tusk, con dibujos instrumentales de la costa oeste. “Hey grandma” es un rhythm and blues de manual, de la vieja escuela, sudoroso y lleno de energía, con punteos de blues rock. Un ejercicio de estilo algo alejado de lo suyo.

Bendito este grupo y este disco, veinte años después de sus glorias, tras un álbum de versiones de bandas de la escena de sus inicios, que se marca unas canciones en que la devoción por los estribillos y las armonías es inquebrantable, pero hay también humor, amistad, desamor y arreglos imaginativos. Y un conjunto de canciones maravillosas que estaban latentes durante todos estos años y a las que por fin les han puesto cuerpo.

Anterior crítica de discos: Critical thinking, de Manic Street Preachers.

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