DISCOS
“Un disco que son dos y que gustará por lo menos a dos públicos, el del pop español más imaginativo y el que se alimenta de nutrientes de raíz americana”
Bluestain
“Book of Nora”
PROMOSAPIENS DIGITAL
Texto: CÉSAR PRIETO.
Si algo de bueno tiene el ejercer de plumilla en una revista musical es que lo inesperado surge y arrasa a la mínima de cambio. Uno recibe un paquete de discos, se dispone a escucharlos, coloca uno en el reproductor y de golpe el tiempo se para. Es lo que le ha ocurrido a este cronista con el primer elepé de los jovencísimos —a pesar de que llevan ya siete años de carrera— Bluestain. Después, uno se informa y observa que únicamente han editado dos epés y que se les encara con raíces folk y sureñas. Algo de eso hay. ‘Lost: thymos erupting’ es country de manual y ‘Crazy genius superstar’ también, aunque mucho más saltarina. Pero el disco tiene mucho más que eso, y quizás los que lo han reseñado hasta ahora no lo sepan ver porque son estilos ya lejanos, olvidados.
En principio, las once canciones se estructuran de manera regulada. Cinco en castellano a las que siguen cinco en inglés y la coda de una miniatura: ‘Lost: Mary is shrinking’: las de mejores hechuras y más originales son las primeras. Abre la sesión ‘Clara imposible’, que empieza con una plantilla de pop clásico: batería marcando el ritmo y guitarra. Pero poco a poco va entrando en el terreno de la magia; tanto, que la has de poner una y otra vez para indagar en lo que esconde. Letra sobre una chica fascinante, dejes a lo Sisa cuando se encarnó en Ricardo Solfa y un aroma a la mejor música ligera de los 70. Un aroma que también aparece en ‘Cazador de tormentas’, que se sirve de la andadura melódica de CRAG, tan rotunda, impecable y adictiva.
Quizá sí que suene a folk ‘Cuchilla en mano’ por su primera estrofa a capella y ese laúd que suena de fondo, pero enseguida entra en terrenos más eléctricos, del mismo modo que ‘Buen plan’, estrategias para sobrevivir sostenidas en una guitarra obsesiva.
El apartado en inglés se despierta con sonidos sureños, como hemos indicado. Aunque el inicio de ‘Lost: thymos erupting’ es de juguete, casi infantil, enseguida ‘Crazy genius superstar’ adopta un aire vaquero en que la voz de Javi Santonja se vuelve más ragada que en las canciones en castellano. Y le conviene, se encuentra cómoda. Igual que lo consigue en “Crowded spaces”, de filiación celta, así como hacían The Pogues cuando se ponían tiernos. Y después, otra de las joyas de la corona, “Party in the cemetery” con un equilibrio perfecto en su tensión entre alegría y melancolía y con un final instrumental en que se mezcla lo circense y lo bucólico. Cierra perfectamente —un disco nunca puede acabar en clímax— la miniatura a capella de “Lost: Mary is shrinking”, digna de un Tom Waits más moderado.
En definitiva, un disco que son dos y que gustará por lo menos a dos públicos, el del pop español más imaginativo y el que se alimenta de nutrientes de raíz americana. Ambos con productos naturales y sabores reconocibles y originales.
—
Anterior crítica de discos: “Alanthology”, de Alan Boguslavsky.