Bob Weir, de los Grateful Dead, yendo completamente a contracorriente, acaba de estrenar sus nuevos estudios de grabación, TRI Studios, situados en San Rafael, cerca de San Franciso. Weir ha costeado la instalación con su dinero. Compró el local, procedente de un embargo hipotecario, en un polígono industrial de San Rafael. En la misma calle, James Hetfield, de Metallica, guarda sus hot rods, y Sammy Hagar tiene su estudio.
TRI Studios están dotados con la última tecnología: sus algo más de mil metros cuadrados albergan un estudio principal de 185 metros, más un estudio pequeño y cinco salas aisladas acústicamente, para audio y vídeo HD. El estudio principal cuenta con el Meyers Sound Constellation System, desarrollado por los Meyer Sound Laboratories de Berkeley. Contiene 80 altavoces y varias docenas de micrófonos para recoger y dispersar el sonido. El sistema está controlado por un sofisticado software capaz de reproducir diversos ambientes acústicos, y todo ello puede ser controlado desde un iPad.
Weir presentó sus nuevos estudios para una reducido grupo de amigos y familiares, con un concierto de su banda Ratdog. Y ayer, 7 de junio, los presentó a todo el mundo mediante una webcast en directo.