En la misma semana en que ha lanzado su nuevo disco, “Tempest”, Bob Dylan ha concedido una entrevista a la edición estadounidense de “Rolling Stone” en la que habla de diversos aspectos de su carrera. Entre otras cuestiones, responde a los que le acusan de incluir en sus canciones demasiados préstamos de otros autores, lo que le lleva, con varias décadas de retraso, a desear que todos aquellos “hijos de puta” que le llamaron Judas por tocar una guitarra eléctrica se pudran en el infierno.
Preguntado por Mikal Gilmore sobre la controversia alrededor de las citas de otros autores (como el japonés Junichi Saga o el poeta del siglo XIX Henry Timrod) en sus canciones, algo habitual en el folk y jazz, Dylan responde: “Oh sí, en el folk y en el jazz, la cita es una rica y enriquecedora tradición. Eso ciertamente es verdad. Es verdad para todo el mundo, excepto para mí. Para mí hay unas reglas diferentes. Y en lo que concierne a Henry Timrod, ¿habías oído hablar de él alguna vez? ¿Quién lo ha estado leyendo últimamente? ¿Y quién lo ha puesto en primera línea? ¿Quién ha hecho que lo leas? Y pregúntales a sus descendientes lo que piensan del alboroto que se ha producido. Y si crees que es tan fácil citarlo y puede ayudar a tu trabajo, hazlo tú mismo y a ver hasta dónde puedes llegar. Los incapaces y los débiles se quejan de eso. Es algo viejo, es parte de la tradición. Está de vuelta. Son las mismas personas que trataron de colgarme el nombre de Judas. ¡Judas, el nombre más odiado de la historia de la humanidad! Si piensas que te han puesto un mal nombre, trata de librarte de eso. Sí, y ¿por qué? ¿Por tocar una guitarra eléctrica? Como si eso fuese alguna manera de traicionar a nuestro Señor y entregarlo para ser crucificado. Todos esos hijos de puta pueden pudrirse en el infierno”.
Y añade: “Trabajo en mi propia forma de arte. Es así de simple. Trabajo dentro de sus normas y sus límites. Hay autoritarias figuras que pueden explicarte esta forma de arte mejor que yo. Se llama composición de canciones. Tiene que ver con la melodía y el ritmo, y después de eso, todo vale. Todo lo haces tuyo. Todos lo hacemos”.
